Imagina lo que es pararte sobre una plataforma a 27 metros de altura y lanzarte desde ahí con la conciencia de que más de 20 años de carrera, meses de competencia y horas de entrenamiento diario se concentran en una caída libre que dura menos de 3 segundos, quizá entonces valorarías tanto la precisión como lo hace Jonathan Paredes, clavadista de altura mexicano y amigo de la marca de relojes MIDO, con quien tuvimos oportunidad de platicar, en el marco de su participación en la primera parada en París, de la Serie Mundial de Red Bull Cliff Diving.
Como patrocinador oficial del evento, MIDO nos puso ahí, a los pies de la Torre Eiffel a ser testigos de las hazañas de este joven atleta conocido como “el maestro del estilo”, campeón de su disciplina en el 2017 y el hombre con la mayor sonrisa del circuito.
El evento patrocinado por MIDO
Después de que nos permitieron subir a la plataforma, montada ex profeso para cada competición y poco antes de su participación en este evento internacional, Jonathan Paredes nos hizo ver cómo casa una marca de relojes como la que reprensenta: MIDO, con un deporte extremo de los que suele impulsar Red Bull y el secreto está en la precisión. Pero igualmente en la ambición de llegar alto y desafiar los límites. Y si a eso le agregas la estética magnética de impresionantes monumentos arquitectónicos como telón de fondo, pues entonces tienes el marco perfecto para presentar, por ejemplo, al nuevo Ocean Star 600 Chronometer Black DLC de alto rendimiento, no sólo en la muñeca del clavadista, sino para todo el mundo.
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Igualmente, la marca aprovechó la ocasión para estrenar la nueva edición especial Ocean Star GMT, disponible a partir de agosto, perfecto para aquellos que sueñan con zarpar, con un ADN marítimo que se expresa en todas partes, sobre todo, en su carátula azul intenso.
Los invitados a esta competencia, no sólo fuimos testigos de las hazañas de 24 hombres y mujeres que hicieron gala de una concentración excepcional y un extraordinario control físico en las alturas, sino que pudimos compartir de una velada increíble descubriendo las maravillas arquitectónicas de la Ciudad de las Luces desde el Río Sena, a bordo del barco fluvial Bateaux-Mouches, sobre el que se ofreció una cena de gala, en la que se presentó toda la icónica colección Ocean Star, junto con dos nuevos modelos.
La entrevista con Jonathan Paredes
Y ante ese mismo maravilloso escenario tuvimos oportunidad de platicar con el intrépido clavadista mexicano que confesó no estar pasando su mejor momento, luego de que una lesión lo mantuviera un tiempo fuera de la competencia y mentalmente abrumado.
Sin embargo, siempre con una sonrisa y actitud positiva, Jonathan nos habló de cómo está trabajando física y emocionalmente, todos los días, para superar este bache. Del largo camino que le queda a la serie mundial y hasta de sus planes a futuro, donde se visualiza compatiendo su experiencia con las nuevas generaciones.
Hablamos de un atleta de élite que más allá de la fama ha probado su valía con resultados y está encumbrado en un plano internacional. Un hombre de 32 años que empezó a nadar a los 3 y a los 9 ya estaba compitiendo internacionalmente.
Alguien que vive literalmente en una alberca, con horas de entrenamiento diario y que se toma su preparación y su carrera con toda la seriedad del caso, pues la mínima distracción, podría traerle fatales resultados.
Y es que se juega literalmente la vida en cada salto. Es una caída libre, desde una altura de 27 metros, que dura sólo 2.9 segundos, en la que no hay oportunidad de corregir mucho y en la que alcanza una velocidad de hasta 95 km/h.
“Perder la noción de lo que uno estás haciendo en el aire es lo peor pesadilla de cualquier clavadista”, comenta. “Siempre hay un miedo porque es la base del respeto a lo que estás haciendo, siempre hay que estar pendiente de todo lo que te rodea. Pero aunque me estoy muerindo de miedo, siempre piesndo que hago lo que más me gusta en el mundo y conozco los lugares más bonitos. Si no me dedicara a esto quizá no hubiera podido conocer todo lo que estoy conociendo es una mezcla de sentrimientos.”
Jonathan Paredes recordó que desde niño se le dieron los clavados. Que por decirlo de alguna manera, su descubrimiento en la categoria de altura lo hizo el medallista olímpico Fernando Platas, y que siempre le gustaron los relojes de MIDO.
“Tengo muchos momentos que recuerdo con gran cariño, pero Bilbao siempre ha sido un lugar muy especial para mi porque resido en España desde hace mucho tiempo y me siento como en casa cada que compito allí. Está mi familia, mis amigos y gente que va especialmente a verme. Es una de las competencias que más disfruto.”, continúo rememorando el deportista.
Nos contó que se ha lanzado de los lugares más inesperados y que le gustaría cumplir el reto de hacerlo desde un iceberg en la Antartida. Que ama viajar, aunque curiosamente, uno de los momentos que más disfruta es cuando está en el aire, desconectado del mundo, en modo avión, porque le da oportunidad de estar consigo mismo y replantearse.
Enfatizó que no le gusta pensar en el retiro, pero que llegado el momento, tiene claro que quiere seguir de algún modo en esto, compartiendo sus experiencias con las nuevas generaciones.
Finalmente, en un ejercicio muy curioso, calculó que uniendo todos los clavados realizados en competencia no suman ni 10 minutos en una vida dedicada, por entero a ello. Pero eso mismo lo ha hecho valorar más que nunca el tiempo, cada milésima de segundo, cada recuerdo, cada momento.
“El tiempo es muy importante en muchos aspectos, tanto en la vida del personal como el tiempo que te tardas en prepararte. En esta competencia toda una vida se resume en cuatro clavados y se acabó. Pero el tiempo que le dedido a esto es mi vida entera. Es muy bonito y muy relativo que todo el tiempo que destino a esto se acabe tan rápido.”