Quizá no resulte tan difícil imaginar que el célebre director de la película Titanic, James Cameron, es un apasionado submarinista que ha realizado inmersiones verdaderamente épicas. Para lo que ya no nos da la imaginación es para visualizar lo que se puede encontrar en el punto más profundo del planeta, a unos 10,908 metros bajo la superficie del Océano Pacífico.
Y eso que el mismo cineasta nos lo mostró, hace una década, cuando en marzo del 2012, descendió, a bordo del sumergible Deepsea Challenger, al fondo de la llamada fosa de las Marianas, a donde ningún humano había vuelto desde enero de 1960.
Rolex no sólo estuvo presente en estas dos hazañas, sino que tomó como inspiración la más reciente para diseñar un reloj capaz de ir todavía más lejos que el propio James Cameron: el Oyster Perpetual Deepsea Challenge, que marca un nuevo hito en el universo de los relojes de submarinismo creados por la firma.
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El Oyster Perpetual Deepsea Challenge va más profundo que James Cameron
Sí James Cameron descendió hace una década alrededor de 10,908 metros bajo la superficie del mar, el nuevo Deepsea Challenge de Rolex garantiza una hermeticidad de hasta 11 kilómetros (11,000 metros). ¿Lo puedes imaginar?
Pero vayamos más a fondo con las características de este reloj: está fabricado en titanio RLX y equipado con válvula de helio y sistema Ringlock, posee la capacidad de resistir a cualquier tipo de inmersión, ya sea en aguas abiertas, en sumergible o en cámara hiperbárica.
Estamos ante un reloj submarinista con cualidades nunca vistas, concebido para soportar presiones extremas. Afrontar el reto relojero e industrial que supuso su creación requirió varios años de investigación.
Y es que en 2012, un reloj experimental iba fijado al brazo articulado del sumergible de James Cameron, pero el Deepsea Challenge se diseñó para llevar en la muñeca. Es decir, de la fabricación de la caja a la del brazalete, todo está pensado con vistas al uso cotidiano.
Con 50 mm de diámetro, esta pieza se distingue del resto de los relojes profesionales por un satinado especialmente marcado y por las aristas de las asas pulidas. En lo que respecta a los sistemas de extensión del brazalete —sistema Rolex Glidelock y láminas Fliplock—, permiten llevar el reloj por encima de un traje de buceo de hasta 7 mm de grosor.
“El Deepsea Challenge representa todo el savoir-faire de Rolex en el ámbito de los relojes de submarinismo. Combina las principales innovaciones desarrolladas por la manufactura a lo largo de muchos años: el sistema Ringlock, una arquitectura de caja patentada gracias a la cual esta puede soportar presiones extremas; la válvula de helio, que sirve para evacuar —durante las fases de descompresión en cámara hiperbárica— el exceso de presión interna que puede comprometer la integridad del reloj; la corona Triplock, con tres zonas de hermeticidad; y también la visualización Chromalight, que se distingue por un material luminiscente de larga duración que mejora la legibilidad.”, explica Rolex, a través de un comunicado.
El Deepsea Challenge está impulsado por un calibre 3230, íntegramente desarrollado y manufacturado por Rolex que incorpora a este movimiento automático diferentes elementos patentados: el escape Chronergy y la espiral Parachrom, insensibles a los campos magnéticos, así como amortiguadores de golpes Paraflex.
Gracias a la arquitectura de su barrilete y al rendimiento superior de su escape, el calibre 3230 ofrece una reserva de marcha de aproximadamente 70 horas.
La obsesión por la hermeticidad de Rolex
La cuestión de la hermeticidad ha sido un pilar fundamental del savoir-faire relojero de Rolex desde sus inicios. Fue así como nació, en 1926, la caja Oyster, completamente her- mética gracias a un sistema de bisel, corona y fondo enroscados a la carrura.
Desde hace casi un siglo, la marca perfecciona sistemas cada vez más eficientes —coronas Twinlock y Triplock, sistema Ringlock— para proteger el interior de piezas para profesionales como el Submariner, surgido en 1953, con una hermeticidad garantizada entonces a 100 metros, hoy a 300.
En 1967, la marca lanzó el Sea-Dweller, reloj de submarinismo dotado de una válvula de helio y con una hermeticidad garantizada hasta 610 metros de profundidad, y más tarde hasta 1220 metros.
Presentado en 2008, el Rolex Deepsea es un reloj capaz de responder al desafío de las grandes profundidades y resistir a la presión que reina a 3900 metros. Pero ninguno como el Oyster Perpetual Deepsea Challenge, presentado por James Cameron, se había atrevido a llegar tan lejos, garantizando una hermeticidad que supera el punto más profundo del planeta, para llegar a los 11,000 metros.