Por elegantes, versátiles y atemporales, los relojes all black, es decir, con caja, esfera y correa negras, serán siempre una apuesta segura, capaz de sobrevivir al fuerte oleaje de esas ciertas tendencias que de repente se imponen a otras.
Por eso es que muchas casas de prestigio se han ocupado, sobre todo últimamente, de desarrollar ese tipo de modelo todoterreno de la alta relojería al que Tudor no pudo ser indiferente.
Un reloj avanzado y certificado
Sí, el mal llamado hermano pequeño de Rolex, que de pequeño no tiene nada, está sorprendiendo a lo grande este año y para muestra basta hablar de creación más all black hasta ahora.
Se trata del nuevo Black Bay Ceramic, el reloj más técnicamente avanzado de su historia y el primero que ha alcanzado la certificación Master Chronometer otorgada por el Instituto Federal de Metrología suizo (METAS), la cual garantiza que se cumplan sus principales características funcionales, como la precisión, la resistencia a campos magnéticos, la hermeticidad y la reserva de marcha.
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Asimismo, cabe mencionar que hay dos requisitos que cumplir para obtener el distintivo: atender los criterios Swiss Made y contar con un movimiento certificado por el Control Oficial Suizo de Cronómetros (COSC).
El reloj más all black de Tudor
En el marco del Watches & Wonders, Tudor brillo con la presentación de los Black Bay Fifty-Eight 18K y Black Bay Fifty-Eight 925, sus divers vintage en oro y plata, respectivamente; así como nuevas versiones del exitoso Black Bay Chrono con esfera panda y esfera panda invertida.
Ahora, la casa británica vuelve con Black Bay Ceramic, un reloj que combina detalles contemporáneos de alta tecnología con sutiles referencias a su notoria tradición.
Presenta una caja (41mm) cerámica monobloque de color negro mate con superficies pulidas a chorro de arena con bordes biselados, con un pulido espejo que crea un asombroso contraste, y está acabada con líneas muy pronunciadas. El bisel giratorio también es de cerámica negra con un acabado satinado rayo de sol. Las graduaciones grabadas en tonos a juego aportan un detalle mate complementario que reacciona sutilmente a los cambios de luz. La esfera abombada también es negra y los marcadores de hora tienen material fosforescente en blanco roto como único contraste. Por último, una correa híbrida de cuero y caucho, negra, por supuesto, con un motivo «Snowflake» en el interior y un cierre desplegable, así como una correa de tela negra con una banda crema, completan la discreta estética en color de este modelo.
Cuenta con un Calibre de Manufactura MT5602-1U, certificación del Control Oficial Suizo de Cronómetros (COSC), con espiral de silicio y reserva de marcha de 70 horas, lo que permite al usuario quitarse el reloj un viernes por la tarde y volver a ponérselo el lunes por la mañana sin necesidad de darle cuerda.
Al igual que otros modelos de la línea Black Bay, el modelo Ceramic adopta las agujas angulares distintivas de Tudor conocidas como «Snowflake», presentadas en el catálogo de la marca del año 1969.
La línea Black Bay, resultado de la sutil combinación de la estética tradicional y la relojería contemporánea, dista mucho de ser una mera reedición de un clásico. Está firmemente anclada en el presente y aúna casi siete decenios de relojes de submarinismo de la casa británica.