Cozumel sorprende a uno desde antes de aterrizar. El interminable mar azul celeste que se extiende por kilómetros hacen ver a la isla como un pequeño paraíso perdido a mitad de la nada. Una vez que se pisa tierra firme, la brisa marina te da la bienvenida junto a un sol radiante que te avisa de inmediato: estas vacaciones serán inolvidables.
Llegamos al Westin Cozumel sin saber qué esperar. La distancia del aeropuerto al hotel fue muy corta, por lo cual no tuvimos tiempo de hacernos ideas. Una vez que la puerta del lobby se abrió ante nosotros, más que sentir como si entráramos a un hotel, sentimos como si llegáramos a una segunda casa.
La tranquilidad que flotaba en el aire comenzaba a relajar los músculos uno por uno casi de inmediato. Un agradable olor merodeaba por la estancia, al principio no sabíamos de dónde procedía, pero un poco después nos enteramos de que este era parte de una aromaterapia a base de té blanco que el hotel implementa para dar la bienvenida a sus huéspedes.
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Desde el inicio de nuestra estancia todos nos atendieron con la característica hospitalidad caribeña y, a pesar de que en el hotel nunca se llega a sentir ningún alboroto, la calidez del personal y los huéspedes nos hicieron sentir en excelente compañía de inmediato.
Llegamos a nuestra habitación y lo primero que hicimos fue arrojarnos en nuestra deliciosa heavenly bed. En nuestra visita aprendimos que el Westin se especializa en descanso y bienestar por muchas razones, una de ellas es la calidad de sus colchones patentados y diseñados específicamente para otorgar noches de sueño insuperables. Las camas del hotel han sido tan bien recibidos por las visitas que estas incluso están a la venta.
Un poco más tarde degustamos un menú especial, creado a partir de un estudio en el cual se determinan a 25 ingredientes como los más benéficos para el cuerpo.
A base de sinergia, el chef combina dichos ingredientes para crear platillos no solamente deliciosos, sino también completamente nutritivos. Antes de dormir probamos algunos platillos del menú “sleep well”, diseñados para aquellos huéspedes que busquen disfrutar de una deliciosa cena ligera antes de reposar tranquilamente.
Un aspecto que nos encantó del hotel, y que seguramente también amarán todos los fanáticos del deporte, es que en el Westin Cozumel se considera al bienestar desde una perspectiva muy completa, tomando en cuenta la actividad física como un elemento importante para la salud. El hotel cuenta con un centro deportivo abierto las 24 horas, un campo de golf cercano y una serie de actividades acuáticas que se pueden realizar en el mar ubicado justo al salir del hotel. Nosotros tomamos la oportunidad para hacer snorkeling y encontrar todo tipo de criaturas submarinas tan pronto nos sumergimos.
Como es sabido, Cozumel es un importante centro atlético donde cada año se realizan diversas carreras deportivas. El Westin Cozumel es el centro ideal para runners, ya que este no solo cuenta con un concierge especializado, sino un concepto culinario con menús especialmente diseñados para atletas que van a la isla a competir.
Como si todo esto fuera poco, la relajación no paraba al salir. En la playa privada del hotel pudimos disfrutar de algunas de las puestas de sol más bellas que hayamos visto, y dejar todas nuestras preocupaciones atrás mientras nos preguntábamos: ¿Cuándo regresamos?