Las autoridades confiscaron 470 millones de dólares en sneakers Nike y Louis Vuitton falsos el año pasado

Los productos falsificados son uno de los mayores problemas dentro del mundo de la moda y, a pesar de la aparición de minoristas de fast-fashion habilidosos para copiar los diseños de las marcas de lujo, esta situación no está próxima a desaparecer.

Una cultura de artículos falsos, en cierto grado promovido por las redes sociales, solo ha exacerbado el problema e incluso podría hacerlo más grande de lo que se contemplaba en algunos reportes.

Según un registro del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, una investigación llevada a cabo en 2019 confiscó un tesoro de sneakers Nike y Louis Vuitton falsos que se estima valen alrededor de 472 millones de dólares.

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Los delincuentes utilizaban una red sofisticada que se basaba en direcciones de correo electrónico falsas, nombres de empresas, teléfonos y documentos inventados para moverse por la aduana de los EE. UU. Los grandes contenedores de almacenamiento enviados figuraban como artículos de uso cotidiano, cuando en realidad las embarcaciones de 12 metros albergaban zapatos deportivos. Todos se saltaron el destino final que figuraba en su declaración oficial y se dispersaron entre Brooklyn, Queens y Long Island antes de dividirse en lotes más pequeños listos para la venta.

Seguridad Nacional pudo vincular 129 contenedores de envío a una sola organización. La misma organización ha estado en el radar del departamento desde 2012, pero no hubieron avances importantes en el caso hasta que se encontró una pista a fines de 2018. La pista llegó en forma de un número de teléfono que pertenecía al líder del grupo, un ciudadano chino llamado Qingfu Zeng. Los investigadores monitorearon de cerca sus comunicaciones, lo que los llevó a confiscar un envío antes de arrestar a Zeng el 27 de diciembre.

El valor de los envíos colectivos es realmente enorme, pero no es el único factor perturbador a considerar. Investigación tras investigación ha revelado que incluso las marcas de nombre “de buena reputación” a menudo emplean algo similar al trabajo esclavo en algún punto de su cadena de fabricación, lo sepan o no. Las condiciones bajo las cuales se hacen las falsificaciones tienen incluso menos supervisión.

Nota publicada anteriormente en Robb Report por Martin Lerma