Mark Berryman logró lo que nadie había logrado, que no te quieras bajar del avión nunca y como es prácticamente imposible permanecer todas las vacaciones a bordo, por lo menos la relajación iniciará desde que subas a este jet privado y hasta que llegues a tu destino.
De los yates a los aviones, el diseñador británico Mark Berryman completó su primer proyecto de diseño de interiores de un jet privado, llevando el lujo a las alturas.
La relajación empieza en el interior de este jet privado
Berryman se asoció con Boeing Bussines Jets para crear dos diseños de lujo para el BBJ 737. El objetivo del diseñador era transmitir una sensación suave y cálida utilizando guiños al estilo asiático y bastantes toques personales, incluida la suite del propietario, la oficina, un dormitorio individual y un baño.
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Los interiores que eran elegantes y de alta tecnología fueron reemplazados por colores suaves, cálidos y decoración con inspiración zen porque, aunque esos interiores se ven bien, no son necesariamente algo que se disfrute durante unas 14 o 15 horas de vuelo, así podrán relajarse desde el avión.
Además de la estética, Mark Berryman y su equipo pusieron como prioridad la practicidad por lo que dedicaron bastante tiempo a la flexibilidad de los espacios, para que estos pudieran ser para tres o cuatro propósitos en un viaje y fueran multifuncionales y fáciles de convertir.
Multifuncionalidad, una prioridad para Mark Berryman
Los toques que se incluyeron en el Boeing Business Jet incluyen espacios más abiertos y hasta 12 estaciones de trabajo que se convierten en camas, al ser de uso personal el equipo utilizó mamparas que crean nichos para dar la sensación de privacidad y brindar lugares para el arte.
Esta es una prueba para el diseñador de interiores de yates de que sus diseños pueden aplicarse ya sean flotando en el océano a varios pies de altura.