Tal parece que diseñar algunos de los autos más espectaculares y poderosos del mundo no es suficiente para Porsche, y es que ahora el fabricante de automóviles alemán acaba de zarpar hacia la aventura de conquistar los siete mares con un increíble nuevo superyate.
La espectacular nave de 41 metros de longitud, es el resultado de una colaboración entre la marca dedicada a la creación de embarcaciones de lujo basada en Singapur, Royal Falcon Fleet, y la casa de diseño Porsche Design Studio.
Bautizada como “Royal Falcon One”, el nuevo yate catamaran de Porsche cuenta con un diseño multicasco único ideado por los genios de la firma de arquitectura naval Incat Crowther que no solo conforma una hermosa apariencia, sino también una gran funcionalidad que ofrece a su tripulación una navegación mucho más eficiente y cómoda.
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El interior cuenta con un diseño moderno para reflejar la identidad futurista de su exterior y alberga cinco espaciosas cabinas en las que pueden alojarse hasta 10 pasajeros. Las tres cabinas dobles se encuentran en el deck principal, mientras que la master suite y la VIP suite se ubican en el nivel superior.
A bordo del Royal Falcon One la tripulación tiene acceso a todo tipo de lujosas amenidades como un bar a bordo, un área de entretenimiento, espacio dedicado para observar las impresionantes vistas del océano, un jacuzzi e incluso un garage para estacionar tu auto.
Aunque el lujo de la nave es lo que más destaca a primera vista, tan pronto leve sus anclas te sorprenderá por su increíble potencia. El yate cuenta con dos motores diesel gemelos MTU 16V 4000 M93L de 4 mil 600 caballos que le permiten atravesar los mares a una velocidad máxima de 35 nudos.
Puedes adquirir el primer superyate catamarán de Porsche a través de la página oficial de Camper & Nicholsons International, donde se le describe como “una oportunidad para adquirir un yate completamente nuevo, con un diseño deslumbrante y único”.
La compañía comentó que el yate tomó un década en desarrollarse y ahora que por fin lo conocemos en persona sabemos que la espera valió la pena.