¿Quién necesita un capitán cuando el barco puede cruzar el océano por sí mismo? Por lo menos no en el caso de este barco de 134 mil toneladas llamado Hyundai Tanker que se convirtió en el primer barco de navegación autónoma en finalizar con éxito un viaje a través del océano.
Cabe aclarar que no fue un viaje no tripulado, la navegación humana fue requerida para una parte del viaje. El petrolero comercial partió del Golfo de México el 1 de mayo y llegó a la provincia occidental de Chingcheong, en Corea del Sur, 33 días después.
Hyundai Tanker, el primer barco que cruzó el océano por sí solo
El barco de GNL, diseñado para transportar gas natural licuado, navegó aproximadamente 12,427 millas. Para lograr esta hazaña, Avikus, la empresa detrás de la embarcación, unió fuerzas con los especialistas en navegación autónoma SK Shipping y equipó el barco de 980 pies con un sistema impulsado por IA llamado HiNAS 2.0.
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Según la compañía, la tecnología de dirección automática utiliza inteligencia artificial para evaluar el clima, la altura de las olas y los barcos cercanos para determinar la mejor ruta. Luego ajusta la dirección del barco en tiempo real.
En este cruce específico del Océano Pacífico, el sistema reconoció con precisión las ubicaciones de los barcos cercanos para evitar una colisión unas 100 veces. Avikus dice que también pudo aumentar la eficiencia del combustible en alrededor de un 7% y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en alrededor de un 5 por ciento.
La travesía oceánica autopropulsada fue monitoreada por la Oficina Estadounidense de Envíos (ABS) y el Registro de Envíos de Corea para evaluar el rendimiento y la estabilidad de la tecnología. Avikus planea comercializar HiNAS 2.0 este año para luego recibir una certificación ABS.
La tecnología de navegación autónoma está ganando cada vez mayor popularidad dentro de la industria, pues mitiga la escasez de mano de obra, reduce las emisiones y mejor la seguridad al eliminar las posibilidades de errores humanos. El mundo de la navegación también ha visto una afluencia de sistemas de atraque asistido, los cuales permiten que los barcos se detengan solos.
Nota antes publicada en Robb Report US por Rachel Cormack