Las Bermudas han sido, por mucho tiempo, uno de los destinos más enigmáticos en temas de navegación, con sus leyendas sobre los naufragios provocados por sus aguas y las historias de piratas que zarpaban para arrasar con tesoros.
Fue en este paraíso que durante los meses de mayo y junio se llevaron a cabo las finales del trofeo deportivo más antiguo e ininterrumpido del mundo —creado en 1851 después de la victoria del velero America frente a una flota británica, en Cowes, Reino Unido, en la isla de Wight—, America’s Cup presentada por Louis Vuitton.
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En su edición número 35, la America’s Cup prometía ser una de las más emocionantes e impresionantes en la historia de la vela: aficionados de todo el mundo viajaron hasta Las Bermudas para ser testigos de la final entre el equipo de Oracle Team USA —poseedor de la Copa y defensor el trofeo—, contra Emirates Team New Zealand. Los nuevos modelos de barco han sido equipados con tecnología de punta e importantes innovaciones de navegación.
Es esencial lograr que los buques despeguen del agua, volando literalmente, y así alcanzar la máxima velocidad que llega casi a 90 nudos, gracias a unos apéndices llamados foils que suben y bajan en los cascos centrales. Durante la competencia, la tripulación, que consta de seis personas, debe tomar decisiones estratégicas e intentar no cometer errores sobre un catamarán que pesa 2,400 kg.
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Este año, los dos equipos usaron ventajas que los colocaron en la final. El Oracle Team USA se asesoró con los Navy Seals, el cuerpo de la marina en Estados Unidos, para un entrenamiento que les ayudó con su manejo de estrés y agotamiento físico; además, el estadounidense Larry Ellison, uno de los millonarios más importantes del planeta, es dueño del equipo.
Por otro lado, los neozelandeses equiparon sus veleros con unos cuadros de bicicletas estáticas que, al pedalear, bombean el aceite que mueve el sistema hidráulico y activa los cabrestantes o winches, así como la vela, un avance tecnológico que ha generado mucha controversia en el arte de velear. Para esta innovación, el medallista olímpico Simon van Velthooven, ganador en ciclismo en pista en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, se unió a la tripulación de Emirates Team New Zealand.
Desde el catamarán Spirit of Bermuda navegamos junto con Michael Burke, CEO de Louis Vuitton, su esposa y algunos invitados especiales de la firma para observar en primera fila la competencia. Con dos narradores y ex competidores, que desde el barco relataban el duelo, sentimos la adrenalina de una de las regatas más prestigiosas del mar.
En su edición número 35, el equipo de los kiwis resultó ganador después de competir en un match, uno contra uno, durante nueve ocasiones. Con un marcador de 7 a 1, los neozelandeses celebraron en grande, Louis Vuitton los premió con su prestigioso trofeo.
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La alianza entre Louis Vuitton y America’s Cup empezó en 1983, cuando la firma propuso a la serie de clasificación que compitiera por la America’s Cup, y ésta se convirtió en un evento de trofeo. Desde hace 10 años la Maison determina quiénes competirán contra el ganador, entre seis equipos que desean llegar a la final. Por esta razón han confeccionado un baúl, así como el trofeo para el vencedor.
Inspirado en las velas que se entreponen con una forma en V, símbolo dibujado por Gaston-Louis Vuitton en la década de 1930, el galardón está hecho con 10 kg de plata y mide 70 centímetros; lo diseñó Thomas Lyte, platero británico a quien se le otorgó la Orden Real de la Reina Isabel II. Lo resguarda un baúl hecho a la medida, con su icónico monograma y la
V en color escarlata.
Para este magno evento deportivo –y celebrar la alianza con America’s Cup– Louis Vuitton lanza una de sus colecciones más aerodinámicas, inspiradas en la navegación marítima y en el arte de viajar. Conjuntos aptos para temperaturas lluviosas y exteriores, tejidos gruesos y diseños deportivos, en tonos azul marino y blanco, con algunos detalles amarillos que le dan fuerza a la prenda.
La serie presenta sudaderas náuticas de manga larga, trajes de baño tricolores, rompevientos ajustados al cuerpo y chalecos para navegación que se adaptan al deporte de vela. Su gama de piel no deja fuera al Damier, su bolsa icónica: Keepall y en el nuevo modelo, el aclamado Apollo.