Han pasado ya un par de semanas desde que se estrenó Saltburn y hay muchas cosas que todavía no podemos sacar de nuestra mente, entre ellas la estética, las actuaciones, la banda sonora y una que otra escena bastante, digamos, incómoda.
Emerald Fennell, conocida por su anterior obra maestra ‘Promising Young Woman’ que la hizo ganadora de un Oscar volvió con una película de comedia negra protagonizada por Barry Keoghan, Jacob Elordi y Rosamund Pike.
Un paseo por la impresionante mansión de Saltburn
De la trama no hablaremos mucho por si todavía hay quienes no la han visto, en lo que sí nos enfocaremos será en otro de las grandes protagonistas de Saltburn: la impresionante mansión de la familia Catton.
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Como buena mansión familiar la propiedad tiene una historia que data de muchos años atrás, incluso más del año en el que es ambientada la película que es el 2006.
Para filmar Saltburn, Emerald Fennell buscaba algo que nunca antes se hubiera visto, un lugar del que no hubiera fotografías ni mucho menos películas y así fue como dieron con esta propiedad que se encuentra en los terrenos de Drayton House en Northamptonshire, en la parte sur de East Midland, Reino Unido.
Convencer a los propietarios fue todo un reto para la producción, pues filmar en las casas de National Trust y English Heritage no permite muchas cosas, de hecho, como parte del acuerdo nadie podía revelar el nombre de la mansión.
Los emplazamientos datan de 1006, mientras que la mansión actual se erigió para el 1328 y fue vendida en 1361.
A partir de este año la casa se ha pasado de generación en generación y ha recibido una serie de remodelaciones, por ejemplo, la fachada que se agregó en el siglo XVIII.
Hubo otras modificaciones especialmente para la película, como el baño compartido de las habitaciones de Félix y Oliver, la bañera hecha a la medida en la que Jacob Elordi, que mide casi dos metros, pudiera entrar y la adición de varias obras de arte contemporáneo, esculturas y muebles.
La mansión tiene el número de habitaciones que uno esperaría de una propiedad de tal magnitud, sumando en total 127.
Pero hay algo que no existía y se tuvo que agregar para la filmación y se trata del laberinto que para crearlo se contrató al diseñador de laberintos, sí es un trabajo real, Adrian Fisher para que creará la forma y la estructura, aunque no se podía crear en su totalidad.
Las escenas en donde se tenía que rodar en el interior del laberinto se crearon con una combinación de decorados y CGI.
Fennell tenía la idea de crear un lugar que luciera glamoroso y al mismo tiempo sucio y descuidado, extravagante y desastroso y creemos que sin duda dieron en el clavo.
“Para mí era importante que estuviéramos todos juntos, que la realización de la película de alguna manera tuviera esa sensación de un verano en el que todos pierden la cabeza juntos” mencionó Fennell a Vanity Fair.
Si aún no te has internado en este laberinto de historia, Saltburn ya está disponible para ver en Prime Video.
Fotografía destacada: X – @Saltburnfilm