Después de volar, el otro sueño largamente acariciado por los seres humanos, quizá sea el de poder respirar debajo del agua. Para el primero de los casos ya hemos logrado pasar del avión a dispositivos más personales que nos hacen sentir como Superman, mientras que en lo referente a la profundidad del mar estamos a punto de cambiar el pesado tanque de buzo por una prenda llamada Amphibio, cuya forma de branquias nos permitirá convertirnos en Aquaman.
Esta sorprendente tecnología está siendo desarrollada por Jun Kamei, un diseñador de biomimética graduado del Royal College of Art, en asociación con RCA-IIS Tokyo Design Lab.
Su trabajo se inspira en los insectos que sobreviven bajo el agua mediante una fina capa de aire atrapado en la superficie de su piel superhidrófoba.
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Replicando esta habilidad natural, es que entra en funcionamiento Amphibio, una branquia artificial que es un dispositivo respiratorio personal subacuático y liviano.
Actualmente Amphibio es un prototipo funcional; aunque todavía no produce suficiente oxígeno como para mantener la respiración humana; pero sí puede extraer oxígeno del agua con éxito y liberar dióxido de carbono, lo que significa que tiene el potencial de ser utilizado en un futuro no muy lejano para respirar bajo del agua.
Cómo es Amphibio
Amphibio es una prenda impresa en 3D que funciona como una especia branquia; que consta de dos partes: una branquia y una máscara respiratoria.
El dispositivo blanco, que vemos en las imágenes, se coloca alrededor del cuello y el pecho y funciona como las branquias de un pez. Es hueco por dentro y contiene aire, que se puede inhalar y exhalar a través de la máscara conectada mediante un tubo.
El accesorio branquial está hecho de un material hidrofóbico microporoso, que apoya la respiración subacuática extrayendo oxígeno del agua circundante y disipando el dióxido de carbono que se acumula en el sistema. Los poros microscópicos del material permiten que el aire pase, pero impiden que el agua penetre en él.
Por desgracia, esto es sólo un prototipo, pero se espera que a medida que las tecnologías de impresión 3D se vuelvan más accesibles, las personas podrán comprar este filamento y usarlo, acorde a su propio cuerpo.
El siguiente paso del diseñador es desarrollar el dispositivo para que pueda probarse en humanos. Algo que requeriría una branquia de mayor tamaño para poder soportar el consumo humano de oxígeno en el agua.