“¡Hermanos, vengan, estoy bebiendo las estrellas!”, cuentan que exclamó un monje benedictino cuando, en el siglo XII, probó por primera vez una bebida que liberaba una consistencia burbujeante al paso del invierno. Después de tanto tiempo, quienes han sucumbido ante el delicioso sabor del champagne, podrán asegurar que aquel espumoso sorbo que dio Dom Pierre Perignon, era, efectivamente, un elixir celestial.
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En Robb Report México sabemos que se trata de uno de tus espirituosos favoritos, es por eso que reunimos cinco etiquetas que seguro te encantarán.
Mumm Cordon Rouge
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La cava Mumm alberga algunos de los mejores espumosos para los amantes del champagne, pues sus productos son realizados bajo la efectiva filosofía del pionero Hermann de Mumm: “sólo lo mejor”.
De su colección, uno de nuestros favoritos es el Cordon Rouge, un clásico de la Maison que proporciona una imagen de limpios destellos dorados y burbujas delicadas en la superficie. En cuanto al olfato, comienza con notas de fruta fresca madura y tropicales, al agitar un poco el contenido, se descubrirá la vainilla, caramelo, levadura y un final con miel; para concluir, en tu paladar será una armonía de sabores frescos y constantes.
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Dom Pérignon P2 1998
El secreto de esta leyenda del champagne radica en el conocimiento de sus añadas, en saber el momento preciso en que las uvas entregarán las mejores y más intensas notas; la etiqueta P2 1998 es el resultado de esta tradicional práctica.
Perteneciente a una cosecha marcada las altas temperaturas agosto de 1998, son perceptibles los efectos de este factor en su bouquet tostado combinado con naranjos, madreselva y notas yodadas. Su sabor complejo: una mezcla de textura cremosa combinada con un final ahumado.
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Louis Roederer Cristal
Una mezcla de uvas Chardonnay y Pinot Noir componen a este champagne que sólo se obtiene cuando ambas cosechas alcanzan la madurez perfecta.
Envejecido durante seis años, este miembro de la la familia Louis Roederer tiene una textura suave, en ella podrás descubrir una armonía de frutos blancos, cítricos, albaricoque y confitados; así como una personalidad fresca y equilibrada entre sus aromas y sabores.
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Moët & Chandon Grand Vintage 2008
Es probable que si se trata de beber champagne, inmediatamente nos venga a la mente alguna de las versiones de Moët & Chandon, pues se trata de una etiqueta de toda la vida. Aunque posee clásicos, uno de nuestras recomendaciones es el de la añada 2008, pues las condiciones climáticas de ese año, nos permiten probar ahora un vino de ácidos bien balanceados.
En tu boca y nariz, sentirás de inmediato el carácter floral de esta etiqueta, con acordes de acacia, bergamota, melocotón y un inusual toque de mantequilla.
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Veuve Cliqcuot Rosé
La historia en color rosa de la Maison comienza cuando madame Cliqcuot añadió un poco de vino tinto al clásico Yellow Label, dando como resultado un champagne rosado de características excepcionales.
Su apariencia cobriza y brillante es sólo el comienzo de un viaje a través a aromas a frutos rojos y secos acompañados de levadura de pan. Asimismo, lo definen su cuerpo estructurado y fresco.