¡Tan dulce como el azúcar! Bovet ha endulzado sus relojes y lo hizo literal

Bovet ha explorado con las esferas conocidas como Métiers d’Art, esmaltes flinqué, pintura en miniatura y grabado Fleurisanne, ¿cuál podría ser el siguiente paso? Pues agregar al repertorio una pizca de azúcar.

El reloj más dulce que hayas visto

Su proceso fue complejo y por tanto de alto secreto, solo sabemos que Bovet procesó los cristales de azúcar en bruto de manera que se evitara cualquier cambio de estructura – es decir, sin derretirse-.

Bovet

Los cristales fueron seleccionados a mano para obtener consistencia de tamaño y luego se colorearon con pintura biodegradable, que Bovet se aseguró que no tuvieran algún impacto en el medio ambiente, posterior fueron aplicados a mano en la esfera.

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El proceso, que ya se encuentra patentado, no deja lugar a errores; Bovet explicó que los cristales de azúcar son muy frágiles y fáciles de dañar hasta el momento en que se introducen en el horno y se hornean a altas temperaturas, si el artesano llega a mover uno al colocarlo, el proceso tiene que empezar desde cero.

Para endulzarlo aún más, el reloj Miss Audrey Sweet Art se puede usar de tres maneras: como reloj de pulsera, reloj colgante o reloj de escritorio. La corona de su caja convertible Fleurier Amadéo se coloca a las 12 en punto para facilitar la transformación, además las manecillas tienen cierta forma que cuando se unen forman un corazón.

El arte único de este reloj viene en una variedad de tonos, desde sólidos hasta degradados. Debido a su naturaleza orgánica cada esfera es única, con su propia mezcla de texturas y brillo.

Bovet

Debajo de la esfera se encuentra el calibre automático 11BA15, con una reserva de marcha de 42 horas, el arco y el bisel están engastados con 103 diamantes talla redonda con un total de aproximadamente 1 quilate, los pernos de la corona y la correa están engastados con un cabujón de zafiro de 0.72 quilates.

El Miss Audrey original, sin el dial de azúcar, fue ganador de la categoría de relojes de mujer en el Grand Prix d’Horlogerie de Genève 2020 y con este dulce toque que derrite el corazón estamos seguros que logrará más.

Este reloj tiene un precio de 28 mil dólares cada uno y lo vale por cada cristal de azúcar.