Fue en 1791 cuando Girard-Perregaux dio sus primeros pasos dentro de la Alta Relojería, en Suiza. La historia de ésta manufactura se caracteriza por las innovaciones que ha brindado a la industria, como el tourbillon de tres puentes de oro. Sus piezas han sido utilizadas por gente muy importante en el mundo. En el caso de México, fue Porfirio Díaz quien llevaba un reloj de bolsillo de la marca.
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Y su misión, que consta en reinventarse con cada guardatiempos, continúa intacta, pues ahora lanzó un nuevo Laureato Tourbillon, obra originalmente presentada en la década de los 70, la cual engloba toda la experiencia histórica de Girard-Perregaux, que no es poca cosa. Su caja es de 45 milímetros, hecha de titanio salpicado de oro, y cuenta con un calibre GP09510. Su movimiento, elegante como toda su colección, fue fabricado por los artesanos, los ingenieros mecánicos, los pulidores y los engastadores de gemas de la Manufactura en La Chaux-de-Fonds.
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La pieza hace alusión a la estructura y diseño de los legendarios tourbillones de la firma suiza, que tiene un puente de oro en forma de flecha pulido a mano, y se ha fabricado apegado a los estándares de calidad más altos. Su movimiento cuenta con un mecanismo de cuerda automático en forma de microrrotor de oro.
El GP09510, calibre del guardatiempos, está disponible en dos versiones. Una con puente tourbillon en oro rosado, que combina de forma perfecta con los detalles de la caja y, además, incluye bisel hexagonal, corona, índices y eslabón intermedio. Mientras que la segunda, también con puente tourbillon, pero de oro blanco, intensifica los tonos degradados del titanio que lleva en la caja.