IWC Schaffhausen anunció la apertura de su primera boutique en Monterrey, Nuevo León, ubicada dentro de Paseo San Pedro y diseñada como un espacio moderno en el cual los clientes tendrán acceso a todas las colecciones del fabricante suizo de relojes de lujo.
Con esta apertura, la Maison busca expandir su reconocida experiencia inmersiva para explorar el arte de la relojería suiza. Asimismo, distintos detalles de interiorismo invitarán al visitante a conocer los atributos y competencias de ingeniería, sin dejar de lado la historia e inspiración detrás de colecciones como los deportivamente célebres Relojes de Aviador, la distinguida familia Portugieser, la refinada Portofino o la atemporal Ingenieur, entre otras.
De este modo, Monterrey se une como anfitriona en nuestro país de una selección exclusiva de relojes IWC, disponibles únicamente en estas boutiques, así como de un equipo reconocido por su meticuloso servicio al cliente.
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La nueva boutique de IWC ha abierto sus puertas en el exclusivo centro comercial Paseo San Pedro, ubicado en Avenida José Vasconcelos esq, Av. Manuel Gómez Morín 402, San Pedro Garza García, N.L.
IWC, más allá de Monterrey
IWC Schaffhausen es una isla en el paisaje relojero. En efecto, la mayor parte de los fabricantes de relojes tienen su sede en la región francófona del país. Desde su fundación en 1868, la inusual ubicación geográfica de IWC ha contribuido a dar forma a su filosofía.
En su sede a orillas del Rin, IWC produce relojes de precisión con un valor duradero, con un claro enfoque hacia la tecnología y el desarrollo. Gracias a su pasión por las soluciones innovadoras y la creatividad técnica, goza de una impecable reputación en todo el mundo.
Como una de las marcas líderes mundiales en el sector de los relojes de lujo, fabrica obras maestras de la Haute Horlogerie que combinan precisión extrema y diseño exclusivo.
La reputación de la marca se basa también en el hecho de que sus colaboradores, altamente cualificados, dominan cada una de las etapas de la fabricación de calibres de la manufactura y complicaciones como la repetición de minutos, el tourbillon y el calendario perpetuo. Para los ingenieros y diseñadores de IWC la promesa acuñada desde 1903, “Probus Scafusia”, “calidad comprobada desde Schaffhausen”, supone un gigantesco desafío, pero al mismo tiempo, es su gran pasión.