Cuando se han recorrido más de dos siglos en relojería con pasos firmes, innovación y diseño vanguardista, lo que sigue seguro será brillante. Así promete su futuro Girard-Perregaux, una manufactura cuyo origen se remonta a 1791, año en que Jean François Bautte empezó a escribir un relato con tiempo medido que se traducía en calidad y elegancia. Casi un centenario después, la relojera fue concebida en Chaux de Fonds. Y a partir de ese “tic” histórico, la marca se dio a la tarea de crear conceptos revolucionarios que al día marcan pautas en la Alta Relojería.
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Coronada como una de las manufacturas más antiguas de la historia, no existen misterios que la respalden, simplemente 200 años de artesanía y compromiso perpetuo para crear piezas que encarnen la perfección.
Introducidos por vez primera en 1860, los Three Gold Bridges son el diseño conceptual característico de la Maison: un trío de puentes paralelos con puntas en forma de flecha que anclan el trazo del movimiento. Éstos significan un reto tecnológico, pues todos los componentes deben colocarse perfectamente alineados.
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Más de 150 años más tarde, la firma presenta un modelo exclusivo: Neo-Bridges Automatic Titanium, un reloj que funge como apuesta al futuro, pues ha sido proyectado con una transcripción contemporánea de los códigos estéticos de la Maison. Para convertirlo en un ejemplar extraordinario, digno de diferenciarse de todo los demás miembros, los relojeros y los ingenieros lo han dotado de distintivos acabados satinados y pulidos en la caja de titanio -45mm x 12.17mm-.
Una unidad que brilla en la muñeca de quien lo porta, está reforzada con acabado modernos, como el pulido con chorro de arena, el tratamiento NAC de platina y el revestimiento PVD de los puentes curvados, lo que resulta en un sofisticado diseño que transmite imponencia, gracias a la presencia del volante de inercia variable -10.15mm- que oscila a una frecuencia de 21600 vibraciones por hora. Es el más preciso de su familia, pues el gran volante hace que sea menos sensible a las alteraciones.
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El fascinante mecanismo de 208 piezas representa el arte por impulsar la fuerza estética de los guardatiempos históricos, que han narrado los pasos de la manufactura desde hace más de 225 años. Por su parte, la esfera minimalista está protegida por un cristal de zafiro, así como por un fondo transparente que proporciona una amplia zona para leer la hora y gozar del movimiento interno.
Está mecanizado con un nuevo movimiento de simetría perfecta GP08400, que gracias a la ubicación del microrrotor en el mismo eje que el tambor del barrilete, garantiza una extensa reserva de marcha de hasta 50 horas.
Una vez más, Girard-Perregaux reafirma su posición preeminente como una de las manufacturas más importantes.