Todo comenzó durante la pandemia, en Buenos Aires, cuando una pareja (ella, sommelier; él, chef) reunió a un grupo de familiares y amigos para ofrecerles una propuesta de cena maridaje que después de extendió a más comensales, entre ellos, los responsables de un hotel boutique en Puerto Escondido que quisieron importar este concepto a México bajo el nombre de Glou Glou.
Hoy, Glou Glou es el restaurante que acompaña la oferta del hotel Casa To en Puerto Escondido donde el chef Luis Pabón y la sommelier Gabriela Moreno tienen completa libertad creativa para ofrecer una experiencia gastronómica prácticamente única en el destino playero oaxaqueño, que se inspira en un cuidadoso diálogo entre las preparaciones y sus maridajes, donde los fogones y la cava son los medios por los cuales los anfitriones consienten a los comensales.
La propuesta de Glou Glou
Las recetas creadas por Pabón rinden un homenaje a la cocina de temporada, brindando protagonismo a la frescura de los productos y sus distintos matices: dulces, ácidos y picantes, enfatizados por el dominio de distintas técnicas de preparación.
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Moreno, a su vez, apareja el menú con una selección de vinos Pét Nats, orgánicos, blancos ligeros, naranjas y tintos suaves con bajo contenido de alcohol, también conocidos como vinos glou glou –frescos, jóvenes y divertidos.
El resultado una propuesta ligera, fresca, ideal para el clima de la región y particularmente para la atmósfera desenfadada de Puerto,
Glou Glou sirve desayunos entre las 08:30 y las 13:00 horas y cuenta con un wine bar abierto de 5:00 a 10:00 pm. Horario en el que también ofrece esta cena maridaje de siete tiempos que sus protagonistas vinieron a presentar hace unos días a la Ciudad de México y de la cual no queremos hacer spoilers, porque estamos seguros que es una experiencia que deben probar si están de visita por allá.
Y es que visitar Casa To es en sí mismo una experiencia, un hotel bien conectado con el lugar, pero a la vez apartado de todo como para desconectar, frente a la Comunidad Ecológica Punta Zicatela, lo que permite estar en un espacio de vistas verdes, sonidos naturales y tranquilidad, que se combina con la arquitectura, interiorismo y ambiente del hotel, invitando a los visitantes a contemplar, observar con atención, interés y detenimiento.