Dudo que sea solo una costumbre mía que antes de viajar me doy a la tarea de buscar todo lo relacionado con el destino al que voy, pero esta vez aún y con mis expectativas muy altas tengo que reconocer que nada de lo que creí vivir le hace justicia a lo que disfruté durante mi estadía en Rio Celeste Hideaway en Costa Rica.
Mucho antes de aterrizar ya estaba impresionada con los escenarios que veía desde la ventana del avión, y es que más allá de edificios, construcciones o avenidas, todo lo que apreciaba era naturaleza y no me lo tomen a mal, nuestro país tiene escenarios naturales maravillosos, pero hasta yo tengo que aceptar que jamás había visto tanto verde.
Rio Celeste Hideaway, un paraíso en medio de la naturaleza
A un par de horas del aeropuerto, al norte del país, se encontraba mi destino, Rio Celeste Hideaway, un hotel abrazado por una selva tropical en donde no hay manera de no conectar con la madre Tierra.
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Desde la llegada, el personal te recibe con una calidez excepcional, alejado del ajetreo de las ciudades, chicas o grandes, lo único que logras oír a tu alrededor son los cientos de especies de aves, insectos y animales que ahí habitan.
Es fácil darse cuenta que el hotel celebra y preserva en cada uno de sus rincones la naturaleza y cultura local. Cada una de las 26 casitas que se ubican dentro de la propiedad mantiene este contacto con el exterior, desde su arquitectura ‘tropical’, su patio privado y una regadera en el exterior para una experiencia aún más cercana con la naturaleza, claro, sin dejar de lado el lujo, las comodidades y el bienestar.
La gastronomía es inigualable, su restaurante Kantala, que ofrece desayunos, comidas y cenas, cada uno con un menú diferente, fusiona la cocina tradicional con los estilos internacionales, además de brindar distintas opciones veganas y vegetarianas para ajustarse a las preferencias de sus huéspedes, y sí, no regresé sin haber probado el delicioso ‘Gallo Pinto’.
Pero una mis partes favoritas fue sacar mi espíritu explorador con las aventuras de Rio Celeste Hideaway tenía preparadas para nosotros. Nuestra primera actividad nos condujo al Parque Nacional Volcán Tenorio, que se encuentra a escasos 10 minutos del hotel.
Marlon, nuestro guía, nos llevó en un recorrido dentro del bosque húmedo del parque en donde observamos varias especies de animales y una flora exuberante. Los senderos nos llevaron a la catarata Río Celeste, así como a borbollones y teñideros de un impresionante color turquesa resultado de la combinación de minerales.
Esta no fue la última vez en la que nos adentramos al bosque, también tuvimos la oportunidad de conocer una reserva que es el habitad de perezosos y otras tantas especies como ranas, serpientes, insectos e incluso vimos un mono.
Si lo tuyo son más las actividades acuáticas, nuestro lado más extremo salió haciendo tubing, una actividad en Rio Celeste en donde flotas en unos rápidos que te llevan río abajo. Por su puesto dentro del complejo se puede disfrutar de una enorme alberca o si lo prefieres a solo unos pasos y dentro del mismo hotel se puede nadar en las aguas del rio.
La opciones para relajarte incluyen un increíble masaje en su Studio Spa o un momento de sanación haciendo yoga en su salón al aire libre o tomando una sesión de cuencos.
Rio Celeste Hideaway en todo momento te inspira a seguir explorando y por supuesto a cuidar la naturaleza que los rodea.
El hotel hace lo propio con un proyecto de conservación designando más del 90% de la propiedad a la Reserva Natural Tapir, así como distintos compromisos con la preservación del río, programas de gestión ambiental y de investigación y monitoreo para la identificación y protección de especies en peligro de extinción.
Este magnífico destino que se convirtió en nuestro hogar por un par de días te invita a explorar y conectar con la naturaleza que hace de Costa Rica un asombroso país. Puedes ingresar aquí para conocer más acerca de Rio Celeste Hideaway y hacerlo tu destino para tu próxima aventura.