Seguramente no es Perú el primer país que te viene a la mente cuando te hablan de los territorios bañados por el río más largo del mundo; así como tampoco es el Amazonas el principal atractivo que recuerdas de esta nación andina.
No obstante, más allá de Machupicchu, la tierra del ceviche y la chicha esconde una maravilla que bien vale la pena que descubras: la amazonía peruana, un paraíso prácticamente virgen que no te imaginas y que, por eso mismo, sorprende y termina formando parte del top of mind de los viajeros amantes de la naturaleza.
Y es que esta región alberga maravillas naturales, culturales y arqueológicas que eran desconocidas hasta hace poco, convirtiéndola en uno de los destinos favoritos para hacer turismo y descubrir historias nunca antes escuchadas.
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Como aquélla que cuentan los locales sobre los delfines rosas, guardianes de estas aguas que, supuestamente, toman forma humana y, entre otras diabluras, embarazan a las doncellas del pueblo. Por supuesto, no vimos andando en dos pies a ninguno de estos mamíferos que se mostraban por decenas en el agua, pero la leyenda ha ayudado en buena medida a preservar la especie, así que, ¡enhorabuena por la creencia!
Y como esa, otras muchas historias avivan el colorido de las regiones peruanas de Madre de Dios y Loreto que van desplegando toda su riqueza sobre los márgenes del Amazonas ante los ojos de los visitantes, a veces de forma muy clara y otras, retando un poco a que su imaginación encuentre la figura de un perezoso entre las altas copas de árboles o los brillantes ojos de un caimán sobre la superficie acuática.
Aquí, como en todas partes, la naturaleza también es pudorosa, voluble, caprichosa y regala lo mejor de sí únicamente a aquellos que tienen la perseverancia, la atención y la paciencia para apreciarlo.
Lo bueno es que tampoco existen muchas otras distracciones. La falta de Internet y la belleza de lo que te rodea permite entregarte a la paz y la contemplación, en un viaje que despierta los cinco sentidos.
Porque además de disfrutar del espectáculo de la noche más estrellada que haya visto y de cazar con mi cámara todo un catálogo de especies vegetales y animales, el Amazonas en Perú encanta con sus sonidos.
Tan solo enumerar lo que te rodea ya suena melodioso, nombres como tuki tuki, capibara, guacamayo, garza cuca, mamá vieja, podrían decirse cantando. Y ni qué decir de las lenguas nativas y el trino de las aves, todo suma a una sinfonía ambiental perfecta.
Y ya que estamos en Perú, en la misma lógica de los sentidos, imposible no darle gusto al paladar con una propuesta muy distinta a la que han hecho mundialmente famosa, desde Lima, los grandes chef andinos, pero igualmente deliciosa y variada.
Nada exótico en realidad como podría pensarse, pero sí muy basada en los insumos locales, lo que la hace fresca y original. Un manjar que no hay que perderse.
Cuándo y cómo viajar por el Amazonas peruano
Ubicada al noreste de Perú, la ciudad de Iquitos, en la región Loreto, es el punto de partida ideal para explorar el corazón de la selva amazónica. Desde aquí, se pueden realizar excursiones por el río Amazonas, considerado como una de las nuevas siete maravillas naturales del mundo moderno, y por la Reserva Nacional Pacaya Samiria, un fascinante lugar que promueve la investigación y la conservación de la flora y fauna de la zona.
Para los que prefieren viajar a todo lujo, hay cruceros de alta gama que ofrecen estas mismas experiencias pero con todas las comodidades a bordo. Estas fabulosas embarcaciones cuentan con sofisticadas habitaciones, restaurantes con gastronomía de primer nivel, bares, spa y hasta jacuzzis al aire libre, desde donde se puede contemplar toda la magnificencia de la selva.
Yo viajé a bordo del Aqua Nera, un crucero fluvial de lujo de 20 suites que cuenta con un diseño exquisito, un servicio personalizado sumamente esmerado y un equipo especializado de guías que te hacen entender lo que sucede en la zona, con sus habitantes humanos y no humanos, de forma integral.
Aunque el clima de la selva peruana es húmedo y tropical, lo que implica que puede haber lluvias en cualquier momento, existen dos temporadas principales para visitarla: la estación de lluvias, de diciembre a mayo, ideal para la navegación y la seca, de junio a noviembre, con temperaturas promedio de 36°C.
Visitar esta región durante estos meses permite practicar la pesca artesanal, realizar avistamiento de aves migratorias y explorar a pie las profundidades de la selva. Si lo deseas, puedes pernoctar en medio de estos maravillosos paisajes en alojamientos ecológicos de primera clase, que permiten disfrutar de la naturaleza de la forma más directa con comodidad y lujo.
Sin importar la temporada que elijas, la Amazonía peruana ofrece experiencias únicas y memorables. Desde la exuberante biodiversidad hasta la rica herencia cultural, cada rincón de la selva invita a los viajeros a descubrir la verdadera esencia de la naturaleza y la vida salvaje de Perú.