Oaxaca es uno de esos destinos con tanta historia y lugares enigmáticos que enamora a primera vista, entre sus calles se encuentra una joya que eleva la experiencia en este estado y se llama Hotel Sin Nombre.
Una atmósfera sofisticada, artesanal, bohemia y relajada es resguardada al interior de las paredes de este hotel boutique con una majestuosa arquitectura vernácula de una casona colonial del siglo XVII.
Alejado de la algarabía del zócalo de Oaxaca, Hotel Sin Nombre te recibe en un patio central en donde predominan las columnas, los arcos y el suelo de cantera, todo matizado con toques árabes que te invitan al descanso a través del deleite sensorial proveído por la decoración hecha a mano por artesanos oaxaqueños.
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Esta elegancia minimalista fue delineada por el arquitecto João Boto Caeiro, quien hizo una respetuosa restauración de la estructura original guiándose por la sustentabilidad y la conservación, así como procesos ancestrales como el uso de pintura a base de carbón, cal y barro molido.
Las paredes del hotel están enmarcadas por el trabajo de artesanos oaxaqueños y fotografías de Alberto “Negro” Ibáñez, así como pinturas y esculturas por todo el resort creadas por Carlito Dalceggio, Dr. Lakra y Fulvio Capurso.
En cada una de las 18 habitaciones, Hotel Sin Nombre ofrece un ambiente reconfortante que permite que durante tu estadía el tiempo fluya.
La creatividad también es una parte fundamental del hotel, en donde en cada rincón te encontrarán con inesperados detalles como un techo de espejo infinito, luz neón roja y una colección de obras literarias.
Una piscina se encuentra en la terraza, sitio en donde se puede disfrutar de un impresionante atardecer en donde el sol ilumina las cúpulas de Santo Domingo y la Catedral, así como vistas panorámicas que se extienden hasta Monte Albán y San Felipe.
La oferta culinaria se materializa en tres conceptos, cada uno con una personalidad propia. Restaurante Sin Nombre, Cantinita y Terraza Sin Nombre.
El primero ofrece platillos llenos de tradición con ingredientes de temporada y cultivo orgánico; Cantinita es un bar de mixología con elíxires inéditos; finalmente Terraza Sin Nombre integra carnes y pescados con verduras en originales recetas.
Hotel Sin Nombre combina bajo su techo la tradición y cultura de Oaxaca con la atemporalidad y una atmósfera bohemia.