Luis Barragán pasó a la historia como el gran arquitecto mexicano por su capacidad de traducir nuestra herencia cultural árabe, española e indígena en una síntesis de arquitectura moderna. Hecho que le otorgó en 1980 el más que merecido Premio Pritzker.
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Entre sus creaciones, destaca una obra en coautoría con el arquitecto alemán Max Cetto, que se encuentra en la Glorieta de Melchor Ocampo 38 en Ciudad de México; y que fue pensada como taller para distintos artistas plásticos.
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Figuras como Clara Porset, recordada siempre por la creación de la Silla Porset o su marido el muralista Xavier Guerrero, ocuparon este espacio de trabajo diseñado para la creatividad según los cánones estéticos del arquitecto suizo Le Corbusier.
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Más de medio siglo después, el portafolio de inversiones de Toushka Capital se hizo con el lugar en 2016; y encargó al despacho de arquitectura Vrtical la tarea de rehabilitarlo. El equipo de Vrtical dirigido por Luis Beltrán del Río y Andrew Sosa se dio a la tarea de reinterpretar algunas de las intenciones originales de Barragán, al mismo tiempo que hizo adecuaciones para que el edificio funcionase de acuerdo a las necesidades actuales.
Hoy, el lugar cuenta con cuatro lofts con dobles alturas que pueden ser rentados a través de la plataforma Airbnb.