En sus ocho siglos de historia la Catedral de Notre Dame ha pasado por distintas restauraciones, pero quizá ninguna tan importante como la que se ha gestado desde el 2019 cuando desafortunadamente se produjo un incendio bajo el alero del tejado de la catedral.
El fuego devoró la aguja y la mayor parte del tejado y es que la magnitud del incendio fue tal que comenzó a las 18:30 horas, hora local de París, el lunes 15 de abril y ardió hasta la mañana siguiente, a pesar de ello se pudo controlar antes de que llegar a la estructura principal, campanarios y rosetones.
A pesar del infortunio nadie resultó herido y las reliquias católicas que se resguardaban en la catedral, así como las obras de arte de valor incalculable, lograron ser salvadas y llevadas a un lugar seguro.
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A un poco más de cinco años de aquel fatídico día los trabajos de restauración están por concluir gracias, en gran medida, a un apoyo abrumador que incluyó donaciones de cientos de millones de dólares. Friends of Notre-Dame de Paris recaudó 10.6 millones de dólares en 2019 de más de 10,500 donantes de más de 50 países fuera de Francia.
En un comienzo el cronograma marcaba que la reconstrucción concluiría en 2021, pero nadie contaba con la llegada de una pandemia que retrasaría todo y será este 8 de diciembre que finalmente las puertas de la catedral se abran.
Pero hablemos un poco más sobre este lugar, su importancia y el por qué la emoción de que esté a punto de reabrir.
La Catedral de Notre Dame de París fue construida entre 1163 y 1245 en la Île de la Cité y su nombre significa Nuestra Señora y fue dedicada a la Virgen María.
Su importancia es vital para la historia, ahí fue donde se celebró la coronación de Napoleón Bonaparte, la beatificación de Juana de Arco y la coronación de Enrique VI de Inglaterra, siendo este último el primer monarca coronado ahí.
Asimismo la Catedral ha pasado por muchas modificaciones; el diseño inicial se limitó para que las ventanas soportasen el peso del techo, sin embargo, el rey Luis XIV decidió modificar las vidrieras y sepulcros para adaptarlos al barroco, el estilo que imperaba en aquella época, a pesar de ello nunca perdió su estética gótica por la que es conocida.
Los infortunios también tuvieron lugar en años anteriores, fue destruido y saqueado en numerosas ocasiones, durante la Revolución francesa quedaron muchas zonas en ruinas y con tesoros robados y hubo una época en la que perdió todo su esplendor, eso hasta la llegada de Napoleón que recuperó el control sobre la catedral para restaurarla.
La última restauración, posterior al incendio, no se limitó a renovar o reconstruir la estructura del tejado, también se limpió el interior no solo de los restos del incendio, también de la suciedad y hollín de la última restauración de los años 50.
A pesar de que la reconstrucción pasó por un torrente de desafíos políticos, sociales y económicos, incluyendo el plan de Emmanuel Macron que propuso un rediseño moderno del famoso spire gótico, que resultó fuertemente resistido por los puristas de la conservación arquitectónica.
Sin embargo, estos cinco año han echado frutos y estamos frente a la reapertura de la Catedral de Notre Dame que abrirá sus puertas este 8 de diciembre con una gran ceremonia para así continuar despertando mayor interés por esta obra de arte y emblema de la ciudad.