Como cada destino en el mundo, París tiene sus puntos imperdibles que ya se han convertido más bien en paradas obligatorias. La Torre Eiffel, el Museo de Louvre, el Arco del Triunfo, el río Sena, el Palacio de Versalles y hasta antes de 2019 la catedral de Notre Dame.
El 15 de abril de 2019, la catedral de Notre Dame fue envuelta en un gran incendio. El fuego provocó que la emblemática aguja del capitel colapsara, dejando una imagen inolvidable del techo de madera en llamas y un trago amargo para los parisinos y para visitantes de todo el mundo que admiraban su belleza.
Pero también fue un fuerte golpe para la industria turística, pues Notre Dame recibía al año alrededor de 13 millones de visitantes.
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La historia de Notre Dame
Símbolo de belleza e historia en París, Notre Dame fue construida entre 1163 y 1345 en la Île de la Cité, tratándose de una de las catedrales góticas más antiguas, probablemente la más famosa del mundo y la tercera más grande del mundo, apenas detrás de Alemania y Milán.
Está dedicada a la Virgen María o Notre Dame (Nuestra Señora en francés) y su estética gótica apela al arte de esta corriente que es una ofrenda elevada el cielo. Su creación coincidió con el nacimiento del humanismo teológico, que abría paso a la reivindicación del mundo sensible como expresión divina.
En sus 8 siglos de historia, Notre Dame ha alojado importantes celebraciones, entre las que se pueden destacar la coronación de Napoleón Bonaparte, la beatificación de Juana de Arco y la coronación de Enrique VI.
La catedral tiene dos torres de 69 metros en su fachada, desde ahí se pueden apreciar algunas de las vistas más impresionantes de la ciudad y se puede visitar el campanario en el que vivió el mítico Jorobado de Notre Dame, así como ver de cerca las múltiples gárgolas que se han convertido en un símbolo parisino.
El incendio, aunque desafortunado, permitió acceder a áreas a las que nunca antes se había podido acceder, por ejemplo, las bóvedas y los detalles del sistema de construcción que se emplearon hace más de 800 años.
Investigaciones a partir de estos descubrimientos permitieron tener una mejor percepción sobre el origen de la catedral, la evolución del cambio climático en la región y su impacto sobre la catedral.
Gradualmente la icónica aguja de la catedral comenzará a reaparecer, pues las autoridades tomaron la decisión de reconstruir el monumento tal como era antes, eso incluye recrear este símbolo de 93 metros.
Jean-Louis Georgelin, general del ejército encargado del proyecto, dijo que Notre Dame reabrirá sus puertas en diciembre del 2024, de acuerdo con el objetivo principal establecido por el presidente Emmanuel Macron después del incendio.
Aunque será demasiado tarde para los Juegos Olímpicos de París programados para el verano del próximo año, para entonces ya debería haber recuperado parte su forma anterior.
Si todo va según lo previsto, la catedral estará abierta para los turistas de todo el mundo el 8 de diciembre del 2024.