¿Cómo es dormir en un hotel de hielo?

¿Qué tanto frío hará realmente, qué pijama usar, habrá Internet o televisión, dónde voy a ducharme? Muchas dudas rondaron mi mente desde que me dijeron que pasaría la noche en un hotel de hielo.

Y es que viviendo en un país en el que las playas son el destino del 80 por ciento de los viajes no es tan común imaginarse un lugar donde todo, desde un simple vaso hasta la cama, está hecho de hielo, 800 toneladas exactamente que se combinan con unas 40 mil toneladas de nieve para dar forma a una mega obra de arte viva que en menos de tres meses habrá de demolerse o, ¿derretirse?

Hotel de Glace en Québec

Hablamos del Hotel de Glace en Québec, el único hotel de hielo del continente y uno de los dos que existen a nivel mundial. Dato que, no me negarán, ya pone en contexto lo atípico de la situación y justifica cualquier pregunta.

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Hotel de hielo

Y como si esto no fuera lo suficientemente exótico y exclusivo cabe precisar que este singular hotel de hielo tiene apenas unas 30 habitaciones, disponibles solo de enero marzo. Ahora sí, saquemos cuentas de cuánta gente ha podido quedarse allí desde que se construyó por primera vez.

De ese entonces a la fecha, año tras año, una temática diferente ha regido el diseño de las habitaciones y áreas comunes del hotel del hielo que sí, también tiene un lobby, su estancia, un bar y hasta una pequeña capilla en la que se celebran algunas muy cálidas bodas.

Para el 2024 el eje temático fue el tiempo. Así que no faltaron relojes y alusiones a los instrumentos con los que registramos su imparable paso, pero igualmente había esculturas que nos hacían pensar en la evolución y en el cambio de nuestros gustos y personalidad con la edad.

Todas las habitaciones era distintas, algunas muy austeras, con solo una, dos y hasta tres camas; mientras que otras contaban con increíbles murales, pequeños sillones, escritorios o mesitas de noche, obviamente, todo esculpido en hielo.

Una noche en el hotel de hielo

Durante el día, el hotel de hielo es más bien una suerte de museo que recibe una gran cantidad de visitantes que no paran de hacerse fotos, pero de noche, solo unos cuantos pueden pernoctar allí.

Y qué tan particular es esta experiencia que incluso hay un breve manual que te explica lo que tienes que hacer para dormir bien.

En resumidas cuentas las recomendaciones son:

  • Date un tiempo para disfrutar del jacuzzi al aire libre, lo que parece un idea loca pero en realidad ayuda a elevar tu temperatura corporal, además de ser realmente placentero.
  • No te pongas ropa de algodón, sino de telas sintéticas que sean frescas y no te hagan sudar.
  • Acuéstate lo más ligero posible, confía en que una sleeping bag te protegerá del frío.

Ya calientito, sin TV, ni mayores distractores, envuelto como un bebé, no queda mucho que hacer más que rendirse ante la paz y el silencio que probeén los congelados muros de este lugar.

Para quienes todavía lo dudan, es importante aclarar que en todo momento tienes acceso a una habitación tradicional en un hotel tradicional que está a unos pasos del gélido complejo temporal.

Así que tranquilo, olvídate de la Sociedad de la Nieve, la hipotermia y otras muchas tragedias. Lo peor que puede pasarte es que tengas que mudarte de habitación con un poco de frustración por no haber logrado la hazaña.

Ahora sí, con todas las dudas despejadas me dispuse a descansar, con un solo pensamiento en mente: “Ojalá que no tenga que ir al baño en la madrugada”.

En ese caso, tranquilos, esa es la única parte del hotel que no está hecha de hielo, aunque tampoco es precisamente cálido o cómodo. Es un sanitario portátil que te hará querer moverte hasta tu otra habitación.

Al día siguiente, quienes lograron amanecer en su cama de hielo que, sí, tiene un cómodo colchón, tendrán que salir tempranito para que el hotel vuelva a convertirse en museo.

Tiempo de desayunar, intercambiar comentarios sobre lo vivido y prepararse para seguir disfrutando de la nieve.

¿Qué tal deslizarse como niños haciendo tubing en una especie de parque de diversiones adjunto a esta propiedad? Sí, la experiencia en el hotel de hielo es mucho más divertida y especial de lo que imaginé. Sí quieres conocer más y animarte para el próximo año, consulta este enlace.