MacBook Pro M4: una nueva especie. Las maravillas de la más reciente laptop de Apple.

Una de las escenas más memorables de la filmografía de Stanley Kubrick —y de toda la historia del cine— ocurre en las primeras secuencias de 2001: Odisea del espacio. Cuando Moon-Watcher, líder de un grupo de homínidos, despierta y descubre un monolito negro, rectangular, de proporciones perfectas y superficies lisas que, aparentemente, ha brotado de la tierra durante la noche. Temeroso al principio, finalmente Moon-Watcher se decide a tocar el monolito y, eventualmente, descubrimos que aquello se convierte en un hito para su especie, cuya evolución despega desde ese punto hasta llegar a la humanidad con los más elevados avances tecnológicos y científicos que pudieran imaginarse en la época en que la película se lanzó. No pude evitar pensar en la escena de esa raza prehumana al contemplar la nueva MacBook Pro.

Primero porque sus proporciones, forma e incluso el color negro (espacial, además, según lo define Apple) de uno de sus modelos, evocan el monolito de un modo bastante natural. Y luego, porque conforme la utilizas y pones en juego las nuevas funcionalidades con que Apple la dotó, descubres que esta MacBook Pro no sólo es un salto en cuanto a la tecnología que la marca desarrolla e imprime a sus equipos, sino un trampolín para los usuarios: apoyados por las herramientas de esta nueva computadora, las tareas se vuelven más fáciles y se resuelven con mayor rapidez, con un uso más grato.

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Con ese ritmo, el progreso se acelera casi de manera inevitable. Si eso sucede para usuarios tradicionales, imaginen las posibilidades para quienes trabajen en investigación y desarrollo, por ejemplo.

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La nueva generación de MacBook Pro

Esta nueva generación de la MacBook Pro ofrece ventajas en más de un sentido, que más allá de las explicaciones técnicas (que se refieren, por ejemplo, a los adelantos de los nuevos chips M4, M4 Pro y M4 Max, o a la tecnología empleada en su pantalla) se perciben del mejor modo posible como usuario: con una experiencia más amigable, veloz, eficaz y, me atrevo a decir, impactante.

De esta familia de chips se puede decir, en esencia, que transforman la manera en que interactuamos con una laptop. Hacen posible un rendimiento que agiliza y simplifica las tareas, con velocidad superior a sus antecesores: Apple no duda en asegurar que el chip M4 Max es el más potente del mundo para una laptop pro.

Y vista la fluidez con la que se desempeñan tareas como edición de video —de modo tan sencillo y rápido como si editaras en un procesador de texto—, incluso mientras la MacBook Pro ejecuta otras acciones, sin ninguna disminución en la velocidad de ninguna de ellas —en términos más precisos, estos chips están dotados de un Neural Engine que les permite procesar hasta 38 billones de operaciones por segundo.

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Así que navegar en la red, editar, escribir, reproducir música, descargar actualizaciones y mantener una videollamada no plantean un problema ni un desafío para la nueva MacBook Pro. Y aunque muy valiosa, ésa no es la única ventaja que aprecias con el uso regular.

Mayor rendimiento

La eficiencia energética de los chips M4 permite un par de cosas. Por una parte, su rendimiento  es el mismo sin importar si la computadora está conectada o no a la corriente. Y lo que resulta la ventaja más práctica en mi caso —y en el de quienes como yo aprovechan algunos trayectos para trabajar, o quieren ver el siguiente capítulo de su serie antes de un vuelo o durante el mismo, o en cualquier lugar donde se dificulta conseguir una toma de corriente—, la MacBook Pro de 14 pulgadas ofrece hasta 24 horas de reproducción de video y 16 horas de navegación web inalámbrica —17 en el caso de la de 16 pulgadas—. Pueden repetirlo: un día entero.

A propósito de las videollamadas que mencionaba líneas arriba, vale la pena subrayar un par de innovaciones. La cámara de 12 MP con sensor ultra gran angular tiene encuadre centrado, lo que significa que, gracias al aprendizaje automático —otro punto que me recuerda a la Odisea del espacio de Arthur C. Clarke y Kubrick, aunque sin el tono inquietante de HAL 9000—, te mantendrá siempre en el centro de la imagen, siguiendo tus movimientos, además de poder reconocer a varias personas para incluirlos en el cuadro.

Y el otro asunto que hace más atractivas las videollamadas —quizá incluso para convencer a quienes no sean amantes de encender la cámara— es que la Vista del Escritorio, que hizo su aparición hace un par de años, por primera vez está incluida en la cámara integrada de la MacBook Pro (para quien no esté familiarizado con esta función de Apple, se trata de presentar al mismo tiempo a ti y tu espacio de trabajo con la misma cámara, una herramienta muy útil para una exposición). Como remate, la calidad de los micrófonos y el Aislamiento de Voz de macOS, que filtra el ruido de fondo, elevan significativamente la calidad de las llamadas.

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Todo lo anterior se despliega en una pantalla Liquid Retina XDR con resolución de 3,024 x 1,964 pixeles en el caso del modelo de 14 pulgadas (la de 16 pulgadas ofrece 3,456 x 2,234); que proporciona blancos más brillantes, negros más intensos y compatible con 1,000 millones de colores.

Creativos como fotógrafos, diseñadores y editores de imagen podrán valorarlo de manera más detallada, pero todos los demás lo disfrutamos al reproducir contenido e incluso al ver fotografías, que se vuelven mucho más vivas (lo digo comparando en directo la misma imagen en una MacBook Air de hace algunos años).

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Y para una experiencia todavía más vanguardista, la nueva MacBook Pro está diseñada para Apple Intelligence, un sistema de inteligencia personal (disponible ya en inglés y que durante el próximo año estará listo en español) que crea lenguaje e imágenes, aprovechando tanto el poder de los nuevos chips como años de investigaciones de la marca de la manzana para, en resumidas cuentas, resolver de manera más fácil y sencilla tareas cotidianas, como mejorar un texto, darle un tono más formal o casual según necesites, o encontrar fotos con sólo describir la escena que quieres, e incluso un momento en particular durante un video; a propósito, la herramienta Borrador está también disponible en la app Fotos de MacBook Pro, para eliminar de forma sencilla algún elemento que te separa de la imagen perfecta que buscabas.

Si alguien todavía no está convencido de que todo esto representa el trampolín de ventajas al que me refería al inicio, lo que sigue es probar la nueva MacBook Pro e iniciar su propia odisea cotidiana. Estoy convencido de que será un nuevo y particular amanecer.