Autor: Guillermo Díaz Jr., CEO y Fundador de Conectado Inc y miembro de la Junta Directiva de Unicoin. En el vocabulario de quienes tienen menos de 25 años no es raro que se repitan palabras como “Chat GPT”, “Bitcoin”, “Midjourney”, “Ethereum” o “alt-coins”. Más allá de sus intereses y aspiraciones profesionales, la generación Z está entrando a la vida adulta con ideas completamente disruptivas respecto al dinero, las inversiones y el impacto de la automatización en el mundo del trabajo. Incluso el concepto mismo de creatividad es visto de otra manera.
La inteligencia artificial generativa, que inquietó a grandes sectores de la sociedad tras la irrupción de Chat GPT en 2022, no resuena negativamente entre los más jóvenes. De hecho, el especialista en tendencias de consumo y tecnología, Dan Frommer, señala que más del 40% de quiénes nacieron entre 1996 y 2010 cree que el “human-made content” será sustituido en 20 años en ámbitos como el cine, la música y las artes. Más allá de las predicciones, la generación Z es la que más utiliza la inteligencia artificial generativa en la actualidad tanto con fines artísticos como humorísticos.
Con relación al dinero y la generación de riqueza, los centennials ven con buenos ojos las criptomonedas y en un informe reciente del FINRA señalan que esta actitud será clave tanto para el futuro de Bitcoin como para el resto de las divisas digitales. Esa sintonía se ha visto facilitada por el auge de las apps que simplifican la inversión a partir de sumas relativamente pequeñas.
De improvisar a innovar
Creo que el optimismo de la generación Z frente a las criptomonedas y la inteligencia artificial (particularmente, la generativa, con la que están más familiarizados) es saludable y prometedor pero no es sinónimo de una utopía simple y espontánea. De hecho, hasta los más entusiastas del mundo cripto admiten que aunque “haber crecido con Internet” les da cierta ventaja a los centennials por sobre las otras generaciones, todavía hay trabajo por hacer.
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Por mi propia experiencia en Conectado Inc, compañía que fundé con la mirada puesta en las nuevas generaciones, sé que aún las mentes más entusiastas necesitan acompañamiento y oportunidades para que sus ideas se traduzcan en innovaciones concretas.
En otras palabras, no es lo mismo improvisar de forma lúdica con la app de IA de moda que convertir esas creaciones en productos con un impacto constructivo en la sociedad. En ese sentido, el salto cualitativo que podemos brindar a través de una educación intensiva e inmersiva es irreemplazable.
De forma similar, si para los centennials el futuro del dinero es en clave cripto, el presente nos demanda que incentivemos una educación financiera consistente a partir de las preguntas adecuadas: ¿Todas las criptomonedas son iguales? ¿Qué tipo de inversiones son recomendables en cada contexto según las distintas circunstancias personales y sociales?
No creo que tengamos todas las respuestas y sé que aún hay mucho escepticismo frente a la velocidad de los cambios tecnológicos que nos atraviesan.
Sin embargo, estoy convencido que el pulso de las nuevas generaciones nos marca un rumbo desafiante y que detrás de esas palabras todavía opacas para muchas personas se anticipa una revolución en la que todos seremos protagonistas.