Un par de modelos de tenis deportivos con dedos y talón suspendido junto con unas zapatillas de tacón, en la misma línea five fingers, se han vuelto virales en las redes sociales y han puesto a Balenciaga, de nueva cuenta, a la cabeza de una tendencia que, para sorpresa de muchos, cada vez cobra mayor fuerza: la de los ugly sneakers.
Demna Gvasalia escribió este nuevo capítulo en el mundo de los tenis deportivos. Primero, creó el epítome del tenis chunky con la aparición del Balenciaga Triple S, que toma su nombre por triple sole o tres suelas juntas.
Luego, el modelo Speed, que ya lleva dos generaciones, la primera media o calcetín aplicada a una suela. La plataforma fue “creciendo” hacia la segunda iteración del calzado que la hace más proporcionada al calzarla.
Tenis deportivos, con suela Vibram
Y ahora, la marca del grupo Kering, la que más experimenta con las tendencias en el combo de lujo que encabeza Gucci, viene con sus nuevos Toe.
Video Recomendado
Esta vez, Balenciaga ha colaborado con Vibram, reconocida mundialmente por sus zapatos FiveFingers patentados.
Consta de dos modelos de zapatillas de edición limitada y una zapatilla de tacón, para hombres y mujeres transgresoras.
Presentado por primera vez en la pasarela de invierno 2020 de Balenciaga, la compañía ha hecho que estos nuevos y extraños zapatos estén disponibles mundialmente.
Diseñados para imitar la sensación de caminar descalzo, el modelo de cinco dedos con bandas está confeccionado con una parte superior de punto reciclado similar a un calcetín.
Esto fue heredado del modelo Speed y modernizado con un talón suspendido.
Tanto para hombre como mujer, las Toe vienen en tres versiones, dos sock Toe (de calcetín) y una lace-up toe, lo más parecido a un tenis, pero con dedos separados y cordones.
Son hechas en Italia como todos los sneakers de la marca y su valor es de 1,090 dólares para cualquiera de sus modelos, a través de la web de Balenciaga.
Historia de Demna Gvasalia
Fundada en España en 1918 por Cristobal Balenciaga, la lujosa casa de modas ha jugado durante mucho tiempo un papel influyente en la moda mundial.
Ahora con sede en París, adquirida por Grupo Kering y con Demna Gvasalia a la cabeza, la marca sigue traspasando fronteras.
Tejidos sintéticos en vez de organza; logos de DHL en lugar de Balenciaga y hasta un McDonald’s como escenario de desfile en lugar del Grand Palais: eso es Demna Gvasalia.
Sus prendas causan rechazo entre los puristas, como también lo hizo Marc Jacobs en 1993, cuando presentó una colección grunge para Perry Ellis.
Fue fundador de la transgresora Vetements y ha reinterpretado los códigos clásicos del lujo desde el corazón de una de las casas históricas del sector.
En Balenciaga, Gvasalia mezcló detalles artísticos y los materiales inesperados aportan una nueva perspectiva a las siluetas tradicionales, ya sean de bolsos, zapatos o vestidos.