Los mejores atletas del mundo no sólo se permiten ciertos lujos personales, también lo hacen con sus respectivas parejas. Ser novia de los deportistas más acaudalados es garantía de un romance de cuento de hadas -con mimos y lujosos regalos incluidos-.
Es por eso que recordamos aquellas ocasiones en que algunos cracks del deporte han consentido a sus parejas de maneras que los ‘simples mortales’ apenas podemos imaginar.
Una boda de dos millones de dólares
En pleno apogeo de su carrera, Maradona contrajo nupcias con la italiana Claudia Villafañe. Dos millones de dólares fue lo que gastó en su ceremonia y fiesta de matrimonio, pues éstas incluyeron el suntuoso vestido de novia con mil 500 piedras preciosas incrustadas; los mejores DJ del momento ambientaron la fiesta y una mesa de regalos de 11 mil dólares fue la joya de la corona para los novios.
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Un Rolls-Royce
Floyd Mayweather podría considerarse la epítome de la extravagancia y los regalos que ha hecho a sus parejas no desmerecen ese título. En 2014 obsequió a Bad Medina, su pareja del momento, un Rolls-Royce personalizado con su nombre, cuyo valor alcanzaba los 400 mil dólares.
Anillos gigantescos
Georgina Rodríguez, pareja de Cristiano Ronaldo, lució un escandaloso anillo durante el Mundial Rusia 2018. Captó la atención de medios y fans, pues no sólo eran indicios de una próxima boda, también se trataba de una presunta sortija Cartier valuada en 700 mil dólares.
Un concierto privado de R&B
Para celebrar su aniversario número cinco, LeBron James quiso
sorprender a su esposa Savannah James con una visita de su cantante de R&B
favorito. Así, el basquetbolista se encargó de llevar a Daniel Caesar para que
le cantara a Savannah en primera fila.
Vacaciones de ensueño en Italia
Previo al nacimiento de su hijo Noah, Javier ‘Chicharito’ Hernández pasó unas vacaciones románticas en algunos de los destinos más exclusivos de Italia al lado de su novia Sarah Kohan.
Su recorrido pasó por la paradisíaca costa de Amalfi y Capri, siempre aprovechando de la tranquilidad que ofrece el destino.