Maria Sharapova ha anunciado su retiro del mundo del tenis a los 32 años de edad. La tenista rusa, mediante una carta personal en las ediciones estadounidenses de Vanity Fair y Vogue, informaba de su decisión después de haber estado vinculada al mundo de la raqueta casi tres décadas.
Sharapova se despide del tenis habiendo levantado 36 títulos y cinco Grand Slams (2 Roland Garros y un título en las tres citas restantes: Abierto de Australia, Wimbledon y US Open). Fue, además, número uno mundial WTA, ganadora de la Copa Federación y medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Londres.
Su excelso currículum se vio empañado por el positivo en la sustancia meldonium durante el pasado Abierto de Australia de 2016 y la posterior sanción de 15 meses sin competir. Desde aquel momento, en el que incluso tuvo que dar explicaciones en una rueda de prensa en Los Ángeles en la que se llegó a especular con su retirada, Sharapova solo había ganado un título (Tianjin 2017).
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Padecía una lesión crónica en su hombro derecho, desde 2008, que incluso la obligó a pasar por el quirófano, algo que ha sufrido hasta el último momento de su carrera profesional. ‘Masha’ cuelga la raqueta después de que sorprendiera al mundo ganando Wimbledon en 2004 cuando era una adolescente de 17 años.
“Las pistas revelaron mi verdadera esencia. Detrás de las sesiones de fotos y mis modelos para jugar al tenis, las canchas mostraron mis defectos, pusieron a prueba mi carácter, mi voluntad, la capacidad de canalizar mis emociones en un lugar donde trabajaban a mi favor en vez de en contra. Una de las claves de mi éxito fue que nunca miré atrás y nunca miré hacia delante”, comenta en la carta.
Más allá de las canchas
Sharapova también es una mujer de negocios. A los 38.777.962 millones de dólares acumulados en premios durante su carrera como tenista profesional, hay que sumarle un valor neto estimado de unos 195 millones, según cifras de la revista Forbes. Tuvo contratos multimillonarios con marcas como Avon, Canon, Porsche, Head, Evian o, la más destacada, Nike, para la que diseñó una línea completa de ropa de tenis.
Como empresaria, Maria Sharapova creó ‘Sugarpova’, una línea de dulces que fundó en 2013 y que surgió en un desayuno de trabajo con Jeff Rubin, cofundador de la tienda de golosinas Dylan’s Candy Bar. Invirtió en la UFC (Ultimate Fighting Championship, la mayor empresa de artes marciales del mundo), estuvo detrás del bloqueador solar Sugergoop y de una aplicación llamada Charly, que permite el intercambio de mensajes con celebridades. A todo ello, hay que sumarle su anexión, a futuro, como co-diseñadora de gimnasios de hoteles junto al arquitecto Dan Meis.
También publicó un libro “Imparable: mi vida hasta ahora” y un documental ‘The Point’ en el que narra cómo fue su vida durante los 15 meses de sanción. Ahora, la grandeza de Sharapova se funde a negro en el circuito profesional, que disfrutó de una tenista cuyo legado quedará para siempre en las retinas de miles de aficionados.
Nota escrita por: David Sánchez, @DASanchez__
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