Hoy en día resulta prácticamente imposible que un mexicano no reconozca el nombre de Sergio Pérez, pero mucho antes del efecto Checo existieron otros pilotos mexicanos que lograron correr las pistas de la Fórmula 1 y aunque hasta tenemos un autódromo que lleva el nombre de dos de ellos, muy pocos podrían nombrarlos a todos.
El inicio de la principal competición de automovilismo internacional y el campeonato de deportes de motor más popular y prestigioso del mundo se remonta al año 1950, a pesar de ello no todos los países pueden asegurar que han tenido presencia en al menos un año de esa larga historia.
Orgullosamente México es uno de los que sí ha sido parte de la F1 en varias temporadas y sí es cierto que el tapatío del número 11 ha hecho que la base de fanáticos nacionales crezca y el deporte sea tan popular que no hay domingo en que salgas a la calle y no veas al menos un sujeto con la merch de una escudería (99.9% de las veces de Red Bull), cosa que ahora sabemos se mantendrá por varios años con su reciente extensión de contrato, igual nosotros creemos que vale la pena reconocer a los cinco que pusieron las bases.
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Pilotos mexicanos que han llegado a la Fórmula 1
El primer representante nacional que entró a la F1 fue Ricardo Rodríguez, quien debutó en 1961 convirtiéndose en el piloto más joven en competir para la Scuderia Ferrari –título que mantiene hasta hoy–.
El llamado muchacho de oro, según opiniones de muchos tenía todo el potencial para llegar a ser igual o más legendario que Checo, pero el destino solo le permitió correr en apenas 5 Grandes Premios, pues perdería la vida durante el GP de México de 1962 al chocar con la curva peralta.
Pedro Rodríguez de la Vega, continúo la historia de los pilotos de Fórmula 1 y el ejemplo de su hermano Ricardo, de 1963 a 1971 corrió 55 Grandes Premios con cuatro escuderías: Lotus, Cooper, British Racing Motors y Ferrari, obteniendo siete podios y dos triunfos, lo que también le dio el título del primer mexicano en ganar un GP.
Probablemente el nombre de los hermanos Rodríguez sea el que la mayoría ubica además de Checo, hay que ser muy despistados para no saber que el recinto que año con año alberga el Gran Premio de México fue nombrado en honor a ellos.
El tercer mexicano en llegar a la Máxima fue Moisés Solana, apodado “La estrella negra del automovilismo mexicano”, debutó en el GP de México de 1963 siendo el único piloto en la historia del Campeonato del Mundo de Fórmula 1 que comenzó una carrera en un auto marcado con el número 13.
De 1963 a 1968 realizó 8 carreras y sufrió 6 abandonos, continúo su carrera en otras ramas del automovilismo deportivo hasta que en 1969 durante Hill Climb Valle de Bravo-Bosencheve a bordo de un McLaren impactó con una protección de hormigón y perdió la vida al instante.
El tiempo pasó y hasta Alemania 1977 debutaría otro piloto mexicano llamado Héctor Rebaque. Desde esa año hasta 1981 paso por diferentes equipos de renombre como Lotus y Brabham, aunque su mejor resultado fue justo en su última temporada donde consiguió el 10º en San Marino, Alemania.
Esteban Gutiérrez debutó como piloto oficial de Sauber en el 2013, escudería para la que también compitió en 2014, después de un año “fuera” como piloto de pruebas de Ferrari, regreso a la parrilla con el equipo estadounidense Haas. Durante esos tres años Gutiérrez sumo 59 carreras. Posteriormente corrió en la Fórmula E y actualmente es piloto reserva de la escudería Mercedes AMG Petronas.
¿Por qué Checo Pérez es el piloto mexicano más exitoso en la F1?
Después de conocer la historia de los pilotos mexicanos que lo precedieron, la respuesta a esta pregunta resulta más que obvia, incluso para los haters. Trece temporadas, más de 240 Grandes Premios y varios títulos respaldan a Sergio Pérez.
Pero hoy no hablaremos precisamente de todos los récords que el piloto de 33 años ha roto –para eso tenemos otra nota que pueden leer aquí– sino de otros factores que han hecho posible que se corone como el rey de los pilotos mexicanos.
En el mundo de la Fórmula 1 el éxito de un piloto depende, sí en gran parte del talento tras el volante, pero también de otros componentes en muchas ocasiones externos. Pérez llegó a la F1 en 2011 con el equipo Sauber, un año en el que su popularidad y la del deporte como tal no eran lo máximo como ahora.
Miembro de la Escudería Telmex desde entonces, los primeros años del mexicano en la parrilla no brillaron como tal, aunque consiguió su primer podió en su segundo año en el GP de Malasia. Conseguir uno de sus autógrafos era más sencillo pues era común encontrarlo en algún evento de la empresa de telefonía. Y este es el primer factor que contribuyó a su éxito: tener un poderoso patrocinador, una de las empresas y uno de los hombres más ricos del mundo detrás.
Como todos los pilotos año con año Sergio peleó uno de los 20 codiciados asientos de la F1, gracias a su consistencia, bases y según rumores poderoso padrino. De 2014 a 2019 se mantubó como piloto para Force India que después pasaría a llamarse Racing Point y justo cuando parecía que su sueño terminaba y la escudería anunció su salida y no tenía ofertas de otro equipo para 2021, el milagro o lo que yo llamo el efecto Checo Pérez comenzó.
El talento, capacidad y pasión del piloto mexicano jamás se han puesto en duda pero tristemente en un deporte tan exclusivo eso muchas veces no es suficiente. Por suerte justo en lo que parecía ser una de sus últimas carreras Checo hizo historia obteniendo su primera victoria en la F1 con el GP de Sakhir donde además inició en el puesto 18.
Una carrera histórica y en el momento perfecto pues justo coincidió con la primera temporada de la serie de Netflix Drive to Survive, la cual dedicó un capítulo a la victoria del mexicano. Digo momento perfecto porque la serie ha sido LA razón por la que la F1, sus escuderías y pilotos han adquirido mayor popularidad en todo el mundo, casi como si fueran una boyband, aunque de eso podemos hablar en otra ocasión.
El caso es que por más exclusivo que sea el motorsport, al igual que el resto de los deportes mayor audiencia se traduce en mayores ganancias. Y muchos quieren en su equipo a un piloto que sea también una buena campaña de mercado.
Basta con ver el capítulo que inicia con un protagonista derrotado resignado a dejar su sueño, y entonces cuando llega el momento de la verdad nuestro héroe demuestra sus habilidades y contra todo pronóstico derrota a sus oponentes para declararse ganador y tal como una película el capítulo termina con la llamada que confirma que el sueño de Checo continúa.
Ese, justo ese fue el momento en el que el mundo empezó a ver al piloto mexicano como un ejemplo de sueños cumplidos, como orgulloso representante mexicano y latino en la máxima competencia de motor y de ahí no hubo marcha atrás.
Entonces entra el otro factor que se suma a la ecuación del éxito de este piloto es el ser firmado por una de las escuderías más fuertes del momento. En 2021 Pérez inició su camino como piloto de Oracle Red Bull Racing escudería con la que ha roto la mayoría de sus récords y ha ganado sus otros 31 podios.
Muchos dirán que sus triunfos y su segundo lugar en el Campeonato Mundial de Pilotos de la Fórmula 1 la temporada pasada son obra de su escudería que resulta tener uno de los mejores monoplazas, cosa que sin duda es importante para el éxito en este deporte, pero que no sería nada si no tienes un buen piloto al volante como el llamado ministro de defensa.
En conclusión, Sergio Checo Pérez, es el más exitoso de todos los pilotos mexicanos porque ha tenido una buena carrera, ha demostrado su talento y habilidades, factores que se han sumado a pertenecer a una de las escuderías más importantes de la actualidad y la creciente popularidad de la F1 que lo han convertido en todo un objeto de marketing ideal.
Seas o no fan de Sergio, hay que reconocer el legado que ya ha dejado en el deporte y lo alto que ha llevado el nombre de México abriendo las puertas para más escuderías pongan su mirada en pilotos mexicanos y latinoamericanos. Y hoy con el anuncio de una extensión de su contrato con Oracle Red Bull Racing hasta 2026 estamos seguros de que seguirá poniendo en alto el nombre de México por dos temporadas más.