Año con año las marcas automotrices más legendarias se renuevan para continuar en la cima, esto resulta en gran parte una situación dulce/amarga en la que le damos la bienvenida a creaciones futuristas y le decimos adiós a algunos de los clásicos. Este mes de mayo Rolls-Royce Motor Cars ha anunciado oficialmente el fin de la producción de su icónico descapotable Dawn.
Inspirado en el tesoro automotriz de la década de los 50s y 60s, el convertible de la firma británica más vendido en su historia, trajo el espíritu de “la dolce vitta” y dio los primeros pasos a una línea vanguardista que combina el diseño seductor, materiales contemporáneos y una experiencia premium de conducción al aire libre.
La historia del Dawn de Rolls-Royce
El CEO de Rolls-Royce, Torsten Müller-Ötvös, reconoció que había espacio en la cartera de productos de la marca para cumplir con los deseos de estos clientes y desafío a sus diseñadores a dar vida a un nuevo convertible de super lujo. Así, entre 1950 y 1954 la firma fabricó solo 28 ejemplares descapotables del coupé Silver Dawn.
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Pero fue hasta 2015 cuando Rolls-Royce retoma la idea y lanza el moderno Dawn –cuyo nombre que en inglés significa amanecer y hace referencia a los nuevos comienzos– como una reencarnación para los clientes del siglo XXI.
Tras el éxito del Phantom VI, el Phantom Coupé y Phantom Drophead Coupé una base de clientes cada vez más joven -incluyendo al mismísimo Cristiano Ronaldo- comenzó a interesarse por la marca automotriz británica y a pedir modelos que capturarán el glamour y el romance del automovilismo de superlujo en sintonía con su estilo de vida.
El Rolls-Royce se inspiró en la moda de los años 50 y 60, retomando el espíritu de la dolce vitta del Silver Dawn que invita a saborear cada momento y vivir plenamente el presente a través de una elegancia que eliminaba las líneas y texturas superfluas.
La carrocería flexible y fluida del Dawn envuelve a sus ocupantes como si fuera un abrigo de alta costura.
Un 80% de los paneles del descapotable eran únicos y empleaba una mezcla exclusiva de materiales como tela, cachemira y compuestos acústicos de alto rendimiento, lo que le dio el título del convertible más silencioso del mundo.
La firma también reconoció las exigencias en la experiencia de conducción de las nuevas generaciones, por lo que debajo de sus líneas esbeltas y minimalistas, Dawn recibió el motor V12 biturbo de 6.6 litros y 563 CV.
Y en 2017, Rolls-Royce lanzó la variante Black Badge, que incorporaba un sistema de escape completamente nuevo y ajustes internos para generar 30 CV adicionales y aumentar el par torque a 840 Nm.
El fin de la producción del Dawn marca el final de una era gloriosa y glamourosa, de acuerdo a la firma británica, y si bien pasará a su museo automovilístico, deja a los amantes de los descapotables sin una nueva opción de Rolls-Royce.
Aunque siendo honestos, lo más seguro es que pronto veamos una variante convertible del Spectre u otro nuevo modelo que cumpla el objetivo de un futuro 100% eléctrico.