Cuántas películas, cuántas fotografías, cuántos libros, cuántas canciones nos han dejado en la memoria colectiva la imagen casi indisoluble del charro y su tequila. El número puede irse al cielo, pero, si limitáramos este ejercicio a la recordación de un traje de charro diferente, de colores estruendosos y llamativos como el rosa o fucsia, ¿cuántas imágenes pasarían por nuestra mente?
El primer ejemplo que yo vi a este respecto fue el revelado hace unos días por el artista mexicano Ana Segovia que intervino la nueva edición especial de Tequila Reserva de la Familia con la pintura de un traje, ya no tan típico, en las mencionadas tonalidades que resultaron ser, literalmente “prohibidos” para la charrería.
Sí, el propio artista contó la enécdota de lo que batalló para que alguien aceptara confeccionar él traje de charro que él quería. “No señorita, esos colores están prohibidos” llegaron a decirle en defensa de la “sagrada tradición charra”, hasta que al fin logró salirse con la suya y no sólo obtener su deseado traje, sino hacer de éste una especie de bandera que enarbola el valor de la inclusión.
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Mensaje que ahora tendrá un mayor alcance gracias a que forma parte de la nueva imagen de la botella de edición limitada de Tequila Reserva de la Familia, que sigue rompiendo clichés en torno a este destilado.
“Con el uso vibrante del color presenta escenas figurativas que apelan a imaginarios culturales comunes. Reconocibles arquetipos de mexicanidad y masculinidad son inagotables fuentes de inspiración para las pinceladas del artista que con escandalosa sorna retrata”, explica la firma tequilera, a través de un comunicado.
La práctica artística de Ana Segovia es una constante producción de imágenes en movimiento que consiguen capturar situaciones desde su singular ojo pictórico. Entre una técnica exquisita y la heterodoxia más vanguardista, Segovia hace posible el don de la ubicuidad en la pintura que, en sus manos, torna teatro, fotografía, cine y danza al mismo tiempo.
Edición especial Reserva de la Familia
Desde 1995, Tequila Reserva de la Familia ha trabajado con artistas reconocidos internacionalmente, cada uno ha plasmado su trabajo en cada una de las ediciones de la caja.
Cada artista es elegido por un equipo de curadores de arte, entre los cuales se encuentran: Juan Domingo Beckman (CEO de Casa Cuervo), Patrick Charpenel (Director del Museo del Barrio en Nueva York) y Zélika García (fundadora de Zona Maco).
Este año se eligió a Ana Segovia, que con esta serie de cajas busca explorar y cuestionar los convencionalismos relacionados con la indumentaria utilizada en la charrería.
Tradicionalmente, se han establecido estrictas normas que prohíben el uso de colores como el rosa, violeta, lila, fucsia, naranja, mamey, melón, así como tonos fosforescentes o pastel.
Bajo esta premisa, el artista nos desafía a reconsiderar y replantear esta noción arraigada a través de una paleta de color que rompe con las reglas establecidas. Las tonalidades vibrantes y atrevidas, que contrastan con la rigidez y gallardía que se asocian con la masculinidad, nos invitan a contemplar nuevas posibilidades.
Quien dice que “vestirse de charro es vestirse de México” no sólo reconoce esta figura como símbolo de identidad nacional sino como el ideal de masculinidad arraigado en la historia y la tradición.
Al desafiar los códigos de vestimenta establecidos, Segovia nos incita a reflexionar sobre la naturaleza misma de la performatividad de género desde la mítica figura del Charro, plasmado en la nueva edición de Tequila Reserva de la Familia Extra Añejo.
La tradición y dimensión del tiempo es perfecta, refleja el arte y mirada de Ana Segovia para hacer homenaje a un producto: Reserva de la Familia Extra Añejo. Este tequila extra añejo es realizado artesanalmente con un añejamiento en barricas nuevas de roble americano y francés.
Al terminar este proceso, las notas de agave se mezclan con aromas de roble, frutas secas, café y cacao fino, dando como resultado un tequila único. Adicionalmente, cada botella es envasada, numerada, firmada y fechada a mano, de ahí su producción limitada.
Tequila Reserva de la Familia respeta y honra el valor del tiempo, de la tierra y los sabores que dan los años de madurez en los agaves, teniendo como resultado un legado de más de 250 años de perfeccionar el tequila.