Para su tercer pasarela en el New York Fashion Week, la directora creativa Sophie Delafontaine de la compañía francesa Longchamp, recordó las coloridas obras de arte de Judy Chicago y las plasmó en increíbles piezas, inspirándose en las décadas de los 70 y 90.
Dos bolsos icónicos de la Maison toman protagonismo con nuevas interpretaciones: el maletín Roseau se reinterpreta con elegantes asas superiores y bolsas tipo cubo en distintos tamaños y diseños, lo que ofrece una gran variedad y versatilidad, También, el icónico Le Pliage se escala a una versión mini y una versión nano, como si fuera una pieza de joyería.
Los bolsos complementan perfectamente el calzado plano compuesto por sandalias de gladiador con tiras y zapatos deportivos que van abajo de la rodilla, los cuales resaltan la interacción de la colección entre los años 70 y 90.
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La paleta de colores que utilizaron para la ropa va desde el jade hasta el naranja claro y el turquesa. Las blusas de nylon se combinan con faldas transparentes con aplicaciones florales y amplias chaquetas de cuero, dándole un toque coqueto y femenino que mezcla lo deportivo y el espíritu bohemio de Longchamp.
Escrito por Katya Paredes, becaria en Robb Report México.