En más de una ocasión las piezas de joyería de Chopard nos han robado el aliento en alfombras rojas y entregas de premios, pero ¿conoces cuál es la historia detrás de esta famosa maison?
La historia de la caja joyera se remonta a 1860, cuando el relojero artesanal y fundador de Chopard, Louis-Ulysse Chopard conquistó Suiza con sus exquisitos diseños que eran considerados una verdadera obra de arte.
Para Louis-Ulysse su tarea era muy clara: él sabía que debía superar los deseos de los más exigentes compradores de relojería de aquella época.
Llevando su maestría en la creación de relojes al ámbito internacional, Louis-Ulysse poco tiempo después se convertiría en el proveedor oficial de relojes de la Tir Fédéral y de la Swiss Railway Company.
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Los cronometradores de Chopard rápidamente ganaron una buena reputación, considerándolos como relojes confiables y de alta calidad fabricados en Suiza, teniendo como uno de sus más fieles clientes al zar Nicolás II de Rusia.
De generación a generación
En el año de 1915 Paul-Louis Chopard hijo del fundador Louis-Ulysse, tomó las riendas de la compañía, trasladando la empresa al centro de relojería y negocios de Ginebra.
Paul-André Chopard sería el tercero en la familia en estar al frente de la empresa en el año de 1943, en una de las que sin duda, serían de las épocas más difíciles para la creciente compañía.
No solo las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial eran algo con lo que Paul-André debió luchar, sino con la falta de interés de sus hijos por continuar con un negocio que había fundado su abuelo cien años atrás.
Un trato inesperado
Mientras tanto en Pforzheim Alemania, un relojero y orfebre llamado Karl Scheufele III, se daría a la tarea de buscar proveedores en Suiza para poder desarrollar su empresa de relojería y joyería.
Un viaje a Suiza, un anuncio de periódico buscando posibles clientes en Ginebra y una reunión después sellarían un trato entre Paul-André Chopard y Karl Scheufele III.
Formando parte de uno de los círculos de relojeros más importantes de Suiza, Karl Scheufele y su esposa Karin Ruf podrían sacar a Chopard a flote, gracias a su visión en los negocios, construyendo así un gran imperio.
Fue desde 1980 que los hijos de los orfebres alemanes Karl y Karin, Caroline y Karl-Friedrich, decidieron formar parte de la empresa, siendo los actuales copresidentes de Chopard, haciendo de esta una de las compañías de lujo más grandes de nuestro tiempo.
La evolución de Chopard
Karl y Karin pudieron traer su amplia experiencia en joyería a la compañía desarrollando exquisitos relojes para dama que serían parte del inicio de lo que vemos hoy en día.
En 1976 se marcaría un gran cambio en cuanto al tema de relojes engastados con diamantes, cuando se desarrolló el primer reloj Happy Diamonds, mismo que se convertiría en parte del ADN de la marca.
Diez años después, en 1986 la primera boutique de Chopard sería abierta en Ginebra.
Gracias a su gran influencia, Chopard se asociaría con el Festival de Cine de Cannes para rediseñar La Palma de Oro en 1998, misma que ha prevalecido hasta el día de hoy.
En la actualidad Chopard ha evolucionado su compromiso con el medio ambiente sin dejar de lado la exquisitez con la que a lo largo de los años ha creado cada una de sus piezas, formando parte de diversas asociaciones como la Swiss Better Gold Association, dejando claro que el lujo no está peleado con el cuidado de nuestro planeta.