Cullinan sigue siendo el modelo más pedido de Rolls-Royce lo que hace primordial que se mantenga en constante evolución, la más reciente entrega nos presenta una versión muy dorada y vanguardista del SUV de lujo británico, tanto en diseño como en rendimiento, bajo el nombre de Cullinan Series II.
Desde el lanzamiento del primer Rolls-Royce construido en Goodwood, la firma automotriz ha tenido mucho cuidado en darle a cada uno de sus ejemplares su propio espíritu y universo estético distintivo, algo que no podría conseguirse sin una estrecha colaboración con sus clientes.
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Cullinan Series II nace precisamente siendo fiel a ese principio centrado en la creatividad, la exclusividad y las prioridades de los consumidores de súper lujo de hoy y tal como señala, Anders Warming, Director de Diseño, Rolls-Royce Motor Cars, al mismo tiempo representa un progreso y desarrollo genuinos, basados en una apreciación evolucionada del lujo que añade declaración y florecimiento a la forma original del modelo presentado por primera vez en 2018.
El toque dorado del Rolls-Royce Cullinan Series II
La evolución del nuevo modelo comienza en el exterior, tras escuchar a la nueva generación de jóvenes clientes la firma decidió varios cambios decisivos en cuanto al diseño y el tratamiento de las superficies.
Un tema clave para entender el diseño del Cullinan Series II es la verticalidad que recuerda a los rascacielos iluminados en las megaciudades, concepto que se hace presente en el nuevo tratamiento de las luces con gráficos altos.
En el frente el SUV de lujo se compone por líneas simples y bordes nítidos, como las del parachoques que forman una V poco profunda desde el punto más bajo de las luces diurnas hasta el punto central del automóvil, recordando un poco a la proa de los yates modernos, mientras que debajo las nuevas tomas de aire se inclinan con firmeza hacia afuera, lo que hace que el vehículo baje visualmente.
La pieza central es la parrilla del panteón iluminada, esta es la primera vez que un Cullinan presenta una parrilla iluminada, otra primicia del modelo llega con las llantas, siendo la primera vez que este modelo de la familia Rolls-Royce ofrece llantas de 23 pulgadas. Además, la firma ha desarrollado un nuevo acabado de pintura inspirado en un mármol marrón: Emperador Truffle.
La obra de arte continúa en el interior del Cullinan Series II con un panel de vidrio de pilar a pilar en la parte superior del tablero, lo que le da un toque extra de elegancia al auto que adquiere vanguardismo con la interfaz digital avanzada, SPIRIT y la aplicación privada para miembros, Whispers que lleva la personalización del mundo físico al digital.
Junto a la pantalla de información central en el lado del pasajero de la fascia se encuentra el nuevo gabinete del reloj Spirit of Ecstasy. Esta vitrina insertada única muestra un reloj analógico y una figura iluminada del Espíritu del Éxtasis construida con acero inoxidable sólido y colocada en su propio escenario con un panel trasero negro mate.
La incorporación del Espíritu del Éxtasis en el interior del automóvil fue producto de cuatro años de desarrollo y de una asociación única entre artesanos analógicos y digitales para crear un flujo de luz especial para una experiencia inmersiva.
Cullinan Series II también continúa la exploración de materiales botánicos y técnicas artesanales modernas para Rolls-Royce como el el fresno de poros abiertos teñido a mano de gris y elevado con la adición de partículas metálicas microscópicas, así como un nuevo tejido de rayón hecho de bambú, llamado Duality Twill, desarrollado durante más de un año con un maestro tejedor y compuesto por más de 2,2 millones de puntadas y 11 millas de hilo, lo que se traduce en un trabajo de 20 horas.
El auto de lujo integra también la perforación colocada usada para crear obras de arte a través de pequeñas perforaciones en el cuero, esta será la primera vez que esté disponible en un modelo de serie de Rolls-Royce y para ello los diseñadores han creado un patrón para los asientos de 107,000 perforaciones inspirado en las formas y sombras en constante cambio de las nubes sobre la casa de Rolls-Royce en Goodwood.