Louis Vuitton tiene un valor que asciende a más de 47 mil millones de dólares, es la firma más valiosa del mundo de la moda y su fortuna no es casualidad.
Detrás de el éxito de la Maison existe una historia que data del año 1854 cuando su fundador creó lo que comenzó como una firma de marroquinería. Después de tanto tiempo, existe una razón por la que el éxito de LV permanece con el paso del tiempo y la casa la reveló ante el lamentable fallecimiento de Patrick-Louis Vuitton, el tataranieto de Louis Vuitton.
“El savoir faire sólo existe si se transmite”. Según la publicación que la marca hizo en Instagram para anunciar su partida, era una de las expresiones favoritas del heredero.
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Si bien, Patrick-Louis Vuitton no era el director creativo de la marca, su responsabilidad y legado dentro de la casa fue inmesurable y es que hay que recordar que, al final del día, Louis Vuitton es una empresa familiar, los conocimientos sobre cómo hacer debidamente cada baúl, bolso, maleta o cartera, son transmitidos de generación en generación.
Así, a la muerte de su abuelo Gaston, Patrick fue el encargado de revisar los estándares de calidad de las creaciones de LV, en particular de aquellas que se realizaban bajo pedido especial.
Se dice que el experto podía identificar con tan sólo un vistazo en qué año y lugar fue hecha una pieza de Louis Vuitton. De hecho, es el responsable de continuar con el legado de baúles, la quintaescencia de la firma parisina; solía enviar a sus clientes más preciados una versión a escala del emblemático cabin trunk.
De tal manera, a Patrick-Louis Vuitton se le debe agradecer no sólo el sello de calidad que caracteriza a una firma de lujo como LV, también las múltiples reinterpretaciones que ha recibido el baúl de la casa -como la pequeña bolsa essential trunk, pues el artesano mantuvo viva la leyenda más antigua de su marca.
Seguramente, sus conocimientos en el mundo de la marroquinería seguirán vivos a través de sus hijos Pierre-Louis y Benoît-Louis.