Al escuchar la palabra Cartier vienen a la mente infinidad de cosas, lo relacionamos con elegancia, estilo, lujo, y, efectivamente es todo lo que representa a la marca. Desde 1847 que se fundó, han producido una gran variedad de relojes, ofreciéndonos piezas únicas e icónicas. Tal es el caso de los famosos Panthére y Baignoire.
En septiembre la firma lanzará nuevas piezas con diseños únicos de estos relojes pero, sin perder la esencia de los originales, ¡conócelos!
Panthère de Cartier
La pantera ha sido un símbolo de la Casa desde 1914, cuando la marca creó una maravillosa pulsera con ónix y diamantes. A partir de entonces, el felino ha aparecido en una gama de productos que van desde joyas, accesorios y, por supuesto, relojes. La colección de relojes Panthère fue lanzada oficialmente en 1983 y estuvo en producción hasta principios de los 2000.
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Se caracteriza por su forma cuadrada, una de las siluetas favoritas de la firma, números romanos y, la característica distintiva del reloj es, sin duda, su pulsera de eslabones. Esta pieza es cómoda de llevar, atractiva a la vista y muy lujosa.
Si bien el reloj Cartier Panthère no presenta al animal, si lleva el nombre de la bestia favorita de la marca y está inspirado en él.
Los nuevos relojes han conservado sus características principales y se presentan en diferentes tonos como, dorado, plateado, oro rosa, y en forma de brazalete.
Baignoire
En 1912 Cartier diseñó el primer reloj en forma ovalada, siendo una gran inspiración para la firma francesa. Se dice que, Louis Cartier cuestionó la forma tradicional redonda de los relojes y decidió crear esta pieza para las mujeres elegantes y de buen gusto.
Su nombre Baignoire hace referencia a la silueta en forma de “bañera”.
Los nuevos modelos se presentan en tres tamaños: pequeño, mediano y extra grande. Las correas de piel son de distintas tonalidades, en algunos, la caja y el brazalete están engastadas en diamantes y la colección también incluye el Baignoire Allongée, un reloj extra grande que se estira en las muñecas.
Escrito por Katya Paredes, becaria en Robb Report México.