Las costas de México son sinónimo de un sinfín de posibilidades para el turismo y sobre todo las actividades acuáticas de eso no hay duda, pero te has preguntado ¿cómo puedes elevar estas experiencias de una forma que pocos pueden? La respuesta está en el Detectoturismo, es decir: la búsqueda de tesoros bajo el agua.
Rodeado por el Océano Pacífico, el Golfo de California, el Golfo de México y el mar Caribe, México es uno de los países más privilegiados, con un amplio territorio costero que no solo es hábitat de una amplia diversidad biológica y ecosistémica en cuanto a flora y fauna marina, así como litorales; sino que también esconden sorpresas que pueden ser descubiertas.
Puede que te suene como una idea para una película o serie de piratas y caza tesoros, pero es una realidad, incluso la Comisión Nacional del Agua ha revelado que los mares y playas del país esconden tesoros de miles de millones de dólares, mismos que por generaciones han sido buscados por diferentes exploradores.
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Entre los tesoros más buscados en las costas mexicanas se encuentra el de ‘Nuestra Señora del Juncal’, un botín de oro y plata que es considerado “el mayor cargamento salido del Nuevo Mundo”, según el entonces virrey de la Nueva España, el Marqués de Cerralbo, con un valor actual de hasta 4 mil millones de dólares. Aunque no hay que ser tan ambicioso para practicar el decoturismo.
La clave para encontrar tesoros bajo el agua
Básicamente el decoturismo es una práctica que consiste en la búsqueda de piezas de metal mediante un detector en diversos ecosistemas, que van desde las playas y ríos, hasta desiertos y montañas.
De ahí que los mejores instrumentos para realizarlo sean los detectores de metal y no cualquiera, sino aquellos que puedan localizar materiales ferrosos aún en situaciones extremas, que sean resistentes al agua y que puedan buscar objetos a ciertas profundidades (existen algunos que pueden llegar hasta 60 metros aproximadamente) debajo del agua.
Y de acuerdo con Minelab – líder en tecnologías para la detección de metales – esos detectores de metales están elaborados para realizar la práctica del detectoturismo, incluso con equipo de buceo, y se caracterizan por tener un alto espectro de banda con hasta 17 frecuencias para mayor sensibilidad en las bobinas, haciendo que hasta los objetos metálicos más pequeños hagan sonar al detector.
No solo se trata de encontrar los grandes tesoros perdidos según las leyendas o historias de la conquista, también se puede pasar un gran tiempo descubriendo desde anillos y pulseras y monedas hasta “basura marina”, lo cual hace que esta actividad marina tenga un impacto ambiental positivo.
Por lo que año con año empresas como Minelab se han esforzado por promover la búsqueda de tesoros como una actividad que puede divertir a chicos y grandes fomentando la curiosidad, peor también como una manera de ayudar a la limpieza de las aguas.