En los desiertos áridos de Joshua Tree, CA, se encuentra una joya de concreto oculta en una colina discreta. La Casa Kellogg Doolittle, también conocida como la Casa del Desierto Alto, es el resultado del trabajo del arquitecto Kendrick Bangs Kellogg y del diseñador-artesano John Vugrin.
Originalmente construida para la pareja de artistas Bev y Jay Doolittle, la casa fue levantada durante un período de 20 años, comenzando en 1984. Hoy en día, la casa está disponible en AirBnB Luxe, donde los huéspedes pueden alojarse y sumergirse por completo en el paisaje desértico.
Orígenes Históricos y Diseño
El homenaje de la Casa Kellogg Doolittle a la arquitectura orgánica no es casual. Ken Kellogg, el arquitecto principal del proyecto, fue un dedicado discípulo del legendario arquitecto estadounidense Frank Lloyd Wright, quien ideó la arquitectura orgánica como una forma de armonizar la construcción humana con el entorno natural.
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Al igual que en gran parte del trabajo de Wright, Kellogg y el diseñador de interiores Vugrin enfatizaron la fusión entre la humanidad y la naturaleza en la Casa Kellogg Doolittle de diversas maneras. Por ejemplo, la forma general de la casa tiene una suavidad que recuerda a las rocas del desierto circundante. Como un cactus, también incorpora cierta aspereza, ya que el edificio está rodeado por una cerca hecha de cuchillas de metal que apuntan hacia arriba. Siguiendo este tema, la puerta de entrada se asemeja a una reja medieval.
El interior también mantiene la idea de fusionar la arquitectura con la naturaleza, ya que las paredes del edificio emergen de la piedra existente en la ladera. Además, el espacio carece de ventanas tradicionales, sustituyéndolas por aberturas en el techo acanalado por donde la luz se filtra y se derrama de manera variable.
Estas características se combinan para crear la sensación de que se está tanto dentro como fuera, sin una frontera clara entre ambos. La casa en sí casi parece un ser vivo, con sus 26 columnas de concreto que sostienen la sección superior del edificio, como las vértebras del esqueleto de un dinosaurio.
La Casa del Desierto Alto en la Actualidad
Hoy en día, la propiedad es de Kristopher Dukes y Matt Jacobson, quienes han decidido mantener la casa tal como está. La pareja ha optado por cambiar poco en el interior del edificio, salvo por algunas adaptaciones para convertirla en un mejor espacio para los huéspedes. Esto incluye cambiar una sala de piscina por un dormitorio, aunque la piscina aún se encuentra debajo de la cama.
Sin embargo, al experimentar este hogar único, es importante no olvidar la relación que el edificio tiene con el impresionante Parque Nacional de Joshua Tree. El parque ofrece a quienes se hospedan en la casa una vista impresionante, especialmente de noche, ya que varios espacios tienen largas líneas de visión despejadas, perfectas para observar las estrellas. La Casa Kellogg Doolittle también cuenta con su propio sendero hacia una zona tranquila del parque, lo que permite a los huéspedes aprovechar la ubicación del edificio, enclavado en el desierto.
Aunque pasar una noche en esta maravilla arquitectónica es costoso, normalmente supera los $5000 por día, es sin duda una oportunidad única en la vida. Los huéspedes pueden convivir con la naturaleza y sumergirse en las maravillas de uno de los ejemplos más singulares de la arquitectura orgánica. En la Casa Kellogg Doolittle, los límites entre lo creado por el hombre y el mundo natural se desdibujan, ofreciendo una experiencia verdaderamente inolvidable.