Parece que toda una vida esperando su llegada al trono le sirvieron al Rey Carlos para dedicar su tiempo libre a coleccionar algunas de las joyas automotrices más exclusivas del mundo y que para muchos podría ser razón suficiente para querer ser parte de la familia real, incluso después de la polémica y los secretos que ha revelado el Príncipe Harry.
Un nuevo análisis hecho por The Guardian asegura que el garage privado del sucesor de la difunta Reina Isabel de Inglaterra posee diferentes modelos de firmas distinguidas como Rolls-Royce, Bentley, Jaguar y Aston Martin, ascendiendo así a un valor de más de 7 millones de dólares (6.3 millones de libras).
Las joyas con ruedas del Rey Carlos
Esta noticia para mucho podría no ser sorprendente porque por siglos el mundo ha sabido que la realeza británica tiene acceso a una flota de autos de lujo impresionante.
Video Recomendado
Y aunque hay una diferencia entre la colección de la realeza y la colección privada de uno de los miembros de ella, de acuerdo con The Guardian distinguirlos no es precisamente una tarea sencilla.
Las caballerizas reales del Palacio de Buckingham son el hogar de las impresionantes limusinas y vehículos de lujo en los que por años hemos visto transportarse la familia real a sus diferentes eventos y antes de que los opositores a la monarquía salten, la realidad es que mucho de estos modelos han sido obsequios de los fabricantes automotrices.
La colección del Rey Carlos III comienza con dos limosinas Bentley originalmente regaladas a la familia en 2002 como parte de la celebración del Jubileo de Oro de la Reina Isabel II, con un valor de al menos 1.4 millones de libras, es decir poco más de 1 millón y medio de dólares.
Como buen inglés, el futuro rey posee en su garage algunos de los modelos más icónicos de la firma inglesa Rolls-Royce, incluyendo uno de los ocho Phantom IV producidos en 1950 y valuado en 2.5 millones de libras (más de 3 millones de dólares), un Rolls-Royce Phantom V de 1962 que la Reina Madre le obsequió y un Rolls-Royce Phantom VI de 1977 con un valor de 1.3 millones de libras que fue un regalo de la firma a la reina por su Jubileo de Plata.
Otra parte de la colección real se encuentra resguardada en la propiedad privada Sandringham de los Windsor en Norfolk.
De acuerdo con el diario británico, se trata de un total de 12 autos antiguos, cuyo valor se estima en al menos 1.8 millones de libras (más de 2 millones de dólares), utilizados anteriormente por la casa real, pero que muy probablemete pueden considerarse como propiedad privada del futuro Rey Carlos.
El garage de la finca de Sandringham incluye otro de los Rolls-Royce Phantoms favoritos de la Reina Isabel, un Phantom V de 1961, mismo que con un valor de más de 700 mil libras ($872,447 dólares) podría ser el más costoso de la colección.
Otras de las valiosas poceciones que se sabe tiene el futuro Rey Carlos III son un Aston Martin DB6 Volante de 1970 que le regaló la reina Isabel por su cumpleaños número 21, así como un segundo Aston Martin Virage Volante de 1994 que el príncipe “subastó” en 2019 por 110,000 libras que donó a su organización de beneficencia, cosa que las actuales reglas que prohiben la reventa de obsequios oficiales evitarán que vuelva a ocurrir.
Indagar en la verdad de los tesoros de un miembro de la realeza es complicado y para ver de cerca qué tan lujosas serán las joyas con ruedas del futuro monarca seguro tendremos que esperar a su acenso oficial al trono.