Hubo un tiempo en el que imaginamos un futuro lleno de computadoras cargadas de palancas, botoncitos y luces de colores. Sin embargo, hoy, la realidad dista mucho de aquella idea cinematográfica y el porvenir luce tan simple, limpio y funcional como un iPhone o podríamos decir, también, como un Volvo, si trasladamos esa misma analogía al terreno automovilístico, donde el fabricante sueco, bajo la premisa de “menos es más”, acaba de lanzar, no un nuevo vehículo, sino verdaderamente una especie de “smartphone” sobre ruedas, capaz de volverse cada vez más inteligente por medio de actualizaciones y de conectarse con los hogares y los otros dispositivos de los usuarios.
“El automóvil como lo conocemos está cambiando: se está convirtiendo más en un dispositivo, lo que no suena tan emocionante como un vehículo tradicional para los conductores, pero es emocionante en un frente distinto porque todo se concentra en la experiencia del usuario”, dice T. Jon Mayer, director de Diseño de Exteriores de la empresa con sede en Gotemburgo.
El nuevo y totalmente eléctrico Volvo EX90
Estamos hablando del nuevo Volvo EX90, el SUV insignia totalmente eléctrico, que fue presentado a finales del año pasado como el auto más seguro en la historia de la marca, el más sostenible, el más avanzado, el mejor conectado, el de mayor autonomía y con la carga más rápida.
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Un vehículo que, no obstante todos esos récords, luce como uno de los más sencillos, lo que deja en claro dos cosas: primero, cuánta razón tenía Leonardo Da Vinci al decir que “la sencillez es la máxima sofisticación” y segundo, la innegable influencia del diseño escandinavo, como marca de nacimiento, en los modelos de esta firma, sobre todo, en éste, que arraigado a sus raíces, representa el florecimiento de una nueva era.
Y para comprobar esto último viajamos hasta Estocolmo, capital del país de origen de Volvo, sede del lanzamiento de su último vehículo y para muchos cuna del mencionado estilo de diseño, también llamado nórdico, que surgió hacia la primera mitad del siglo XX, en el periodo de entreguerras, bajo la premisa de que la forma sigue a la función.
Principio que se ha vuelto un mantra para la marca, a decir de Marie y Cecilia Stark, su Gerente de Diseño y su Gerente Senior de Diseño, que fueron excelentes anfitrionas y guías de turistas en esta inspiradora ciudad que parece un catálogo vivo, sólo que con un espíritu muy luterano, sobrio, enemigo de la ostentación y el derroche.
Aquí no existe el cambio por el cambio ni una modernidad mal entendida: lo bueno y antiguo se preserva intacto y lo nuevo se entiende como una suave transición, sin ruptura ni negación, como ha sido en la evolución de Volvo.
En los días previos a la presentación del EX90, caminamos esta urbe de la mano de las dos expertas que nos hicieron entender cómo las características del diseño escandinavo están impresas, tal cual un código de barras, en el nuevo buque insignia, donde todo tiene una razón o mejor aún, una función.
La esencia del diseño escandinavo
Y es que, según nos lo explicaron y ejemplificaron las Stark, la funcionalidad, la interacción humana y el uso responsable de los materiales son pilares de la tradición del diseño escandinavo.
Los aspectos exquisitos están ahí como resultado de la innovación y la artesanía creativa, pero nunca se anteponen al rendimiento. La aerodinámica, la ergonomía, la comodidad y la seguridad son requisitos previos sólidos, que no anulan la estética, sino que la definen.
Acerca de todo eso que caracteriza al estilo escandinavo fuimos hablando con arquitectos, chefs, diseñadores y más en un tour que nos llevó por restaurantes, boutiques de moda, galerías de arte y tiendas de muebles, desde el Museo Nacional hasta el estudio de Volvo en Kungsträdgården, donde se presentó al mundo el EX90.
Igual que con sus vehículos, en este viaje la marca no dejó nada al azar, en cada visita había un ejemplo de lo inspiró a sus diseñadoras, desde la calidez de la arquitectura en una tienda como The Singular Society hasta el uso de materiales naturales duraderos que impera en el showroom de la interiorista Louise Liljencrantz o los colores y acabados que distinguen las colecciones de marcas como Totême y Rodebjer que no siguen el calendario de la moda, sino que mantienen prendas que perduran en el tiempo, promoviendo un consumo consiente que ayuda a mitigar el impacto en el medio ambiente.
Hasta a la hora de comer nos encontrábamos con alusiones a las características de diseño del EX90, ya sea el uso responsable de productos locales como en el restaurante Oxenstiernan o el lujo y la casi obsesiva atención por el detalle que tienen en Aira, que no por nada luce en su vitrina una estrella Michelin.
La despedida, incluso, en el restaurante Rosendals Trädgárdar, una especie de invernadero ubicado en los jardines del Palazzo Rosendal, nos recordó un par de pilares más sobre los que descansa el diseño escandinavo: la búsqueda de la máxima iluminación y la conexión con la naturaleza, evidentes en el techo cristalino del EX90 y en el uso, al interior, de maderas obtenidas de forma sustentable.
“En invierno, los días en Suecia son extremadamente cortos, por lo que hay pocas posibilidades de obtener luz natural, lo que nos lleva a buscar que el interior, en este caso de un auto, se sienta relativamente cálido e iluminado, algo que logramos con una base de color neutra y la incorporación de materiales naturales”, explicó Cecilia Stark.
“Estas decisiones dejan atrás la idea anticuada del lujo en los automóviles y ponen de manifiesto nuestras raíces escandinavas, que ponen al bienestar de las personas como punto de partida”, recalcó.
Un punto de partida hacia una aventura que hará de Volvo un fabricante de autos solamente eléctricos hacia 2030 y una empresa climáticamente neutra para 2040, según los planes dados a conocer por su CEO, Jim Rowan.
Por supuesto, estaremos dando a conocer todos los impresionantes detalles de este auto que llegará al mercado el próximo año, con toda la sofisticación de que cabe en el futuro, pero la simplicidad y sencillez que caracteriza a su pasado.