A 50 años de su muerte, Pedro Rodríguez continúa siendo un referente en el mundo de las carreras. Tanto expertos como aficionados lo siguen considerando uno de los mejores pilotos de su generación, además de una gran inspiración y talento orgullosamente mexicano.
Sin duda, sus mejores momentos a lo largo de su trayectoria fueron como dupla de Porsche. Pedro Rodríguez y el Porsche 917 ganaron numerosos títulos gracias a la pericia del mexicano y su profunda conexión y entendimiento del auto.
El Porsche 917 era un vehículo confiable, responsivo y sumamente veloz, solo los mejores podían dominarlo en la pista, entre ellos Pedro Rodríguez y su compañero inglés Jackie Oliver. En entrevista, Jackie recuerda: “Sin duda nuestra mejor pareja cuando compartí autos con Pedro fue el JW Porsche, el 917 era el auto que tenías que tener. Ganamos muchas carreras con él porque era un auto estupendo y muy confiable”.
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Ambos corrieron juntos en 1971 y eran famosos por ser una mancuerna imparable. Este fue el auto que posicionó a Porsche como escudería dominante en el deporte de las carreras, a tal grado que las reglas fueron modificadas para evitar su inalcanzable ventaja.
Honor al legado
Porsche no podría estar más orgulloso de lo que consiguió de la mano de Pedro Rodríguez y medio siglo después Porsche de México, Porsche Latinoamérica, el Museo Porsche y su área más exclusiva: Porsche Exclusive Manufaktur deciden honrar el legado de Rodríguez y el 917 con una variante impresionante del 911 Turbo S: el Porsche 911 Turbo S Pedro Rodríguez “One of a Kind” Exclusive Manufaktur.
Un verdadero tesoro de la marca que combina hasta el detalle más exquisito, como la firma de Pedro en múltiples sitios del interior, con tecnología y estética. Con su motor de seis cilindros tiene un aceleramiento de 0 a 100km en 2.7 segundos y alcanza hasta 640 caballos de fuerza. Gracias a su tracción integral y ocho velocidades llega a los 330 km/ h y mantiene una estabilidad y eficiencia únicas.
Lo más distinguido es el exterior que es una copia casi exacta del icónico auto azul con franjas naranjas que Pedro Rodríguez manejó al triunfo tantas veces. Su interior es un viaje al pasado, está tapizado en cuero y tiene costuras con hilo naranja que destacan la figura del 917K en los asientos. La firma de Pedro también destaca en los estribos que se iluminan cuando se abre la puerta y muestra los colores de la bandera de México en la silueta de otro 917K.
Un vehículo que le sacará lágrimas a los más fanáticos y se convertirá en objeto de deseo de los coleccionistas. Porsche verdaderamente superó expectativas con este auto que rinde honor a uno de los deportistas mexicanos más importantes y nos transporta años atrás a sentir la misma emoción que se vivió cuando el Ojos de Gato Rodríguez levantaba polvo en la pista.
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