Reino Unido es un referente de elegancia automovilística, si damos un paseo por sus ruedas, encontraremos unos cuantos modelos que nos remitirán inmediatamente a la cultura inglesa.
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A pesar de que algunas de las armadoras han sido absorbidas por otros fabricantes europeos -como es el caso de BMW con Rolls Royce- hubo un tiempo en que el destino de Inglaterra era convertirse en un gran líder de la industria. No obstante, hubo modelos entrañables que aún permanecen en nuestra memoria como un símbolo de la clásica elegancia británica.
Bristol 400
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En los años cuarenta, Bristol Aeronautic Company contemplaba la posibilidad de realizar su primer auto y en 1947 presentó el Bristol 400 en el Salón de Ginebra. El chasis fue fabricado con el distema Superleggera, mientras que el protagonista de sus prestaciones era el motor de ligereza inigualable que entregaba velocidades de hasta 145 kilómetros por hora.
Actualmente se considera una reliquia, ejemplo de ello es la subasta de su versión Cabriolet realizada el año pasado en la que su precio se fijó en 224 mil euros.
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Bentley T
La carrocería Pininfarina de este vehículo causó furor en el Motor Show de Turín en 1968, se presentó como una edición especial en coupé que presentaba las prestaciones tradicionales de las series T de la firma inglesa y un motor V8.
El modelo representó un avance moderno para la firma inglesa, sin embargo, su estructura era tan compleja y exclusiva, que sólo los diseñadores de Pininfarina y Paul Young lograron diseñar el sofisticado armazón que sustentaba al auto.
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Morgan Plus 8
Bien podría considerarse a Morgan Motor Company como un símbolo inglés, cada una de sus creaciones puede considerarse un tesoro, pero el Plus 8 era un diseño imperial impulsado por un motor Rover de ocho cilindros del cual tomó su nombre.
El motor era de tal magnitud que el chasis tradicional de los Morgan, hecho a partir de madera de fresno, tuvo que ser ampliado para así alcanzar los 200 kilómetros por hora.
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Rolls Royce Silver Cloud
Durante la década de los cincuenta, la armadora fundada por Charles Stewart Rolls y Frederick Henry Royce, ya estaba consolidada como un digno fabricante de lujo, la máxima prueba de ello fue el Silver Cloud lanzado en 1955 que asombraba a los conductores con sus líneas largas y redondeadas.
Fue dotado con un motor diésel V8 y, como una vanguardia tecnológica de aquel entonces, transmisión automática Hydramatic, cortesía de la multinacional General Motors.
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Triumph Spitfire
En su tamaño compacto y estilo dinámico, el roadster de la desaparecida Triumph Motor Company recuperaba la esencia de los aviones de caza utilizados por la Fuerza Aérea Británica durante la Segunda Guerra Mundial. Por allá de 1962 se presentaba como toda una novedad al ser un descapotable de cuatro velocidades.
Tal fue el agradado hacia este pequeño auto, que la compañía fabricó 45 mil 753 unidades antes de que fuera reemplazado por su predecesor, el Spitfire Mark II.