Los Ferrari 250 GT Berlinetta son una serie de deportivos de dos plazas con carrocería cerrada, armados entre 1956 y 1961, aprobados en la categoría de la FIA para los vehículos Gran Turismo que, tiempo después, abrieron paso al famoso GTO. Éstos fueron un parteaguas para el Cavallino Rampante, pues, con ellos, conquistó varias pistas y circuitos internacionales.
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Hoy, uno de los pocos vehículos de dicho modelo en haber sido producidos, mismo que compitió mucho tiempo en el Reino Unido, está por llegar a las manos de un nuevo propietario, tras haber sido completamente restaurado. Este 250 GT Berlinetta, comprado a principios de los 60 por el piloto inglés Graham Whitehead, es famoso por haber debutado en las 24 Horas de Le Mans, reconocida como la carrera más desafiante de todas.
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La celebridad de las pistas siempre triunfó de la mano de su fiel superdeportivo, desde el Tourist Trophy y los 1,000 km de París, hasta el Angola GP en Nueva Lisboa -resultó vencedor- y el Grand Prix de Spa en Bélgica -quedó en tercer lugar-. Ese año, el conductor lo regaló al piloto Geoff Richardson quien llegó tercero en Snetterton, en 1962, antes de retirar al ‘cavallino’ de las competencias.
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Poco tiempo más tarde, el vehículo fue pintado en colores rojo y negro y vendido a un coleccionista. Años después, regresó a Italia y fue encargado a la empresa Michelotto Automobili de Padua. Fue hasta 1991, cuando fungió como pieza estelar dentro de la subasta de Nurburgring, donde fue vendido por más de 1.2 millones de euros -precio récord para la época-.
Actualmente, este pedazo de historia, que está a punto de llegar a las manos de su nuevo dueño, está pintado en tono celeste Scaglietti metalizado y decorado con el número 15, primer dígito que se le asignó en los años 60, cuando compitió en las 24 Horas de Le Mans.