Finalmente volvemos a ver a Daniel Ricciardo detrás del volante de un monoplaza, aunque en un terreno un tanto diferente, y es que el piloto se adelantó al Gran Premio de Australia para llevar a cabo una hazaña fuera de la pista.
Conduciendo un RB7, un auto no tan reciente en el que Red Bull y Sebastian Vettel se proclamaron campeones en 2011, el australiano regresó a su país natal y puso a prueba el monoplaza de Fórmula 1 lejos de las largas curvas de las pistas.
Durante la aventura, Ricciardo condujo el auto y trabajó con héroes locales del automovilismo para dominar las duras condiciones autralianas y obtener una ventaja sobre los competidores del equipo, algo similar a lo que Sergio ‘Checo’ Pérez hizo el año pasado yendo de Nueva York a Florida.
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El road trip comenzó en el salvaje oeste cuando Ricciardo desempolvó el RB7. Una vez encaminado se le unió la leyenda del rally raid de enduro Daniel Sanders, quien lanzó un desafío al estrella de la F1: navegar por el famoso bulldust australiano.
La siguiente parada fue el puente Sea Cliff, donde ahora se encontró con Matt Hall, piloto acrobático, quien lo puso a prueba en las curvas de alta velocidad, a través del icónico puente.
Para el tercer desafío, Daniel se unió al ícono del Enduro australiano, Toby Price, quien preparó la última simulación de la curva 1 trazada en medio de las tierras agrícolas australianas por excelencia y la pareja atravesó la escena con Price en su Trophy Truck.
El desafío final llevó al piloto australiano a la pista de carreras más famosa de Australia, el legendario circuito Mount Panorama en Bathurst, con el actual campeón de Supercars, Shane Van Gisbergen, quien lideró al RB7 en el Red Bull Ampol Racing Camaro mientras ambos cruzaban la montaña.
Con esto, el equipo da a entender que está más que preparado para darlo todo dentro de la pista en el próximo Gran Premio de Australia que se llevará a cabo el 1 de abril.