Cualquier fabricante de autos buscará estar siempre por encima de su competencia con cada una de sus creaciones, sin embrgo, pero sólo CUPRA Born lo ha logrado, de manera literal, y sin dejar lugar a ninguna otra interpretación.
Y es que fiel a su naturaleza desafiante y alejada de lo convencional, la marca ha puesto a su primer auto 100% eléctrico muy por encima de sus competidores más cercanos, como a 3,500 metros de altura entre los picos más elevados de Europa, en los Alpes suizos.
¿Cómo llegó CUPRA Born a la cima?
Como si no bastara ser el primer auto 100% eléctrico de la marca, se decidió desmarcar al nuevo CUPRA Born de cualquier otra cosa y llevarlo, literalmente, a un nuevo nivel. Uno que lo posicionara por encima de todos, a unos 3,456 metros sobre el nivel del mar, en la nevada cima del monte Mittelallalin, en los Alpes suizos.
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Un reto de altura que requirió el apoyo de cinco expertos a bordo de un helicóptero Super Puma AS 332, uno de los más grandes y potentes que existen, el cual alzó el vuelo en Saas-Almagell, un pequeño pueblo situado a 1,672 metros sobre el nivel del mar, con el CUPRA Born colgando.
Ambas máquinas, conectadas, recorrieron una distancia de 10 kilómetros entre picos nevados y realizaron una subida vertical de 1,828 metros en 15 minutos. Al llegar, con una maniobra extremadamente complicada, el piloto dejó el auto justo en la cima de una plataforma especial, en un espacio único, en torno al restaurante giratorio más alto del mundo, arropado por los más de cuatro mil metros de la montaña Dom o el milenario glaciar Fee, que alberga la cueva de hielo más grande del planeta.
Y justo en armonía con este ambiente, se buscó que las emisiones de dicha aventura, lograda en colaboración con el destino de esquí Saas-Fee, fueron neutralizadas mediante el proyecto de compensación de carbono MyClimate.
“El fuerte viento helado y el peso del auto eran dificultades añadidas”, explicó Nicolas Hobi, Responsable de Marketing de CUPRA en Suiza. Por ello, el equipo dedicó dos meses a la preparación y esperó a que se dieran las condiciones meteorológicas idóneas, con la mayor visibilidad posible. “Sabíamos que era una prueba de superación de límites y rendimiento, y no podíamos fallar”, comentó Hobi.