Si la carrera para desarrollar el eVTOL definitivo se decidiera estrictamente por la apariencia, el Bellwether Volar sería el claro ganador. Las primeras representaciones muestran un vehículo que se parece a algo que pilotaría James Bond, un coche de F1 mezclado con un avión de combate que sería muy adecuado para detenerse frente al casino en Mónaco o dejar atrás a una horda de terroristas globales.
Si bien muchos de los detalles técnicos permanecen en secreto, Bellwether ahora está realizando múltiples vuelos de prueba de un modelo de demostración a media escala.
Un portavoz le dijo a Robb Report que planea lanzar un video de ese prototipo en vuelo a finales de este mes, que debería responder al menos algunas preguntas sobre operación y propulsión.
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El Bellwether Volar será pionero en una “nueva categoría de aviones privados urbanos, que tiene un sistema de propulsión oculto, un perfil muy compacto, un cuerpo de elevación” y una manera segura de viajar dentro y alrededor de una urbe.
Bellwether Volar el eVTOL de James Bond
La versión monoplaza del Bellwether Volar parece un cruce entre un coche de carreras de F1 y un avión de combate. Eventualmente, la compañía planea tener un modelo de cuatro o cinco asientos.
El rendimiento proyectado del eVTOL, si llega a salir, coincidirá con el aspecto elegante. El demostrador es un biplaza, pero el diseño final será uno de cuatro o cinco plazas que levantará 1,320 libras y navegará a 3,000 pies y 135 mph, según Kai-Tse Lin, jefe de operaciones y cofundador de Bellwether.
El directivo proyectó un rango de 135 a 200 millas y dijo que el objetivo era un sistema impulsado por baterías, pero dio a entender que el Bellwether Volar podría comenzar como un híbrido.
“Estamos abiertos a todo tipo de fuentes de energía, pero el control del vehículo y los sistemas básicos seguirán siendo eléctricos”, dijo Lin a evtol.com.
La compañía planea lanzar una nueva versión del Bellwether Volar en 2022 y tiene como objetivo 2028 para sacarlo al mercado. Si bien el precio comenzará en las siete cifras, la esperanza es que a medida que la producción aumente y se vuelva más eficiente, el costo sea comparable al de un automóvil, aunque claro uno muy caro, uno que James Bond conduciría.
Nota publicada anteriormente en Robb Report EE.UU.