¿Cuántas veces llegó a publicar declaraciones tan incendiarias que le costaron millones de dólares? ¿Cuántos anuncios de nuevos proyectos hizo? ¿Cuántas quejas, críticas y consejos no quedaron escritos? Elon Musk era tan activo en Twitter, que mejor decidió comprárselo. Como siempre, todo empezó con el rumor de que el magnate quería su tener propia red social.
Tras negociaciones que parecen haber sido hechas a contra reloj, el empresario pagó alrededor de 54.20 dólares por acción (lo que supone una prima de un 38% sobre la cotización media de este mes), según lo reportado en el diario El País, donde también se asegura que tras la compra, Twitter dejará de cotizar en la bolsa.
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El Twitter de Elon Musk
“La libertad de expresión es el cimiento de la democracia, y Twitter es la plaza digital donde se debaten temas vitales para el futuro de la humanidad”, dijo Musk poco después de la transacción, en un comunicado que deja ver muy poco del rumbo que tomará esta red social.
“[La empresa] tiene un enorme potencial. Tengo muchas ganas de trabajar con la firma y con la comunidad de sus usuarios para sacarle todo el partido”, agregó el excéntrico empresario, ahora propietario de Twitter. Y concluyó anunciando, quizá advirtiendo, que promete incorporar “nuevas prestaciones, compartir los algoritmos en código abierto, derrotar a los bots [dedicados a la difusión] de spam y certificar que todos los usuarios son humanos”.
Quizá suene a rumor, pero sabemos que ese es siempre el primer paso para que Elon Musk convierta algo en realidad. Con 16 años de existencia y cerca de 217 millones de usuarios, el Twitter qué compró Elon Musk no es la red social más poblada, pero si es un foro muy activo que a menudo marca la agenda de las conversaciones.
¿Qué tanto cambiará su esencia? Eso está por verse, solo sabemos que Elon Musk no es de los que suelen dejar las cosas como están.