El proyecto de investigación más apasionante en el que está inmerso Bodegas Torres es la recuperación de variedades ancestrales de uva. Lo inició Miguel A. Torres a principios de la década de 1980 con la intención de descubrir cepas sobrevivientes a la filoxera que había devastado el viñedo europeo a finales del siglo XIX.
Hoy, la quinta generación está impulsando este proyecto con fuerza con la ambición de elaborar vinos únicos a partir de variedades olvidadas que sean capaces de emocionar.
¿Cómo lo hacen?
Bodegas Torres ha establecido una metodología rigurosa que le permite identificar variedades, sanearlas y reproducirlas in vitro, adaptarlas a los suelos donde mejor se desarrollan y constatar sus aptitudes organolépticas e interés enológico.
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Gracias a este proyecto, desarrollado en colaboración con INCAVI, a día de hoy ya se han recuperado más de 50 variedades, seis de la cuales tienen un notable potencial para la elaboración de grandes vinos: querol y garró –ambas empleadas en el cupaje del tinto Grans Muralles–, moneu –que forma parte de Clos Ancestral–, pirene y forcada –con los que se elaboran dos monovarietales destinados a la alta restauración– y gonfaus.
Pequeñas joyas enológicas que destacan también por su resistencia a la sequía y las altas temperaturas, lo que las hace especialmente interesantes en el nuevo escenario climático.
Bodegas Torres está extendiendo su proyecto de recuperación de variedades ancestrales a otras zonas de España y Chile, con el propósito de salvaguardar el patrimonio vinícola de cada región.
Torres & Earth, ante la emergencia climática
Consciente de que cuanto más se cuida la tierra, mejor vino se consigue, Familia Torres ha implementado históricamente prácticas respetuosas con el medio ambiente y tiene todos sus viñedos en Catalunya certificados como ecológicos (o en proceso de certificación).
Al constatar la certeza del cambio climático en 2008, redobló su compromiso ambiental e impulsó el programa Torres & Earth para reducir su huella de carbono y adaptarse al nuevo escenario climático.
En la última década, Bodegas Torres ha centrado sus esfuerzos en implantar energías renovables, mejorar la eficiencia energética, optimizar los recursos hídricos y fomentar el uso de vehículos ecoeficientes, entre otras iniciativas para reducir sus emisiones.
También las compensa con recursos propios mediante proyectos de reforestación y la viticultura regenerativa. Gracias a ello, la bodega ha reducido en un 35% las emisiones de CO2 por botella en todo su alcance, desde la viña al consumidor, del 2008 al 2021.
Para el 2030, su nueva meta es alcanzar el 60% de reducción de emisiones como mínimo y convertirse en una bodega de emisiones cero antes del 2040.
Además de contribuir a mitigar los efectos del calentamiento global, Bodegas Torres está adaptando sus prácticas vitícolas y enológicas, investigando tecnologías de captación y reutilización del CO2 (en inglés, Carbon Capture & Reuse –CCR) y buscando nuevos escenarios para el cultivo de la vid, a mayor altura.
Este año, la Familia Torres ha sido proclamada la bodega más innovadora en los Golden Vines Awards, los también conocidos como los ‘Oscars del vino’ celebrados recientemente en Madrid. Este premio reconoce la labor pionera de la bodega del Penedès para integrar prácticas vitivinícolas sostenibles y respetuosas, que aúnan el respeto por la tradición con la innovación constante y contribuyen al rescate de variedades ancestrales.