Bodegas Torres nos muestra el camino que sigue a la sostenibilidad
Fotografía: Familia Torres

“Celebramos la vida, cuidamos la tierra y transmitimos nuestro legado”, es el lema bajo el que Bodegas Torres se ha convertido en uno de los líderes de la industria del vino en el mundo y ahora también en temas de sostenibilidad, implementando un proyecto que busca adaptarse a las necesidades actuales y reducir la huella de carbono volviendo a las raíces.

La empresa familiar española, lleva cinco generaciones como productores de vino, una historia que se remonta al siglo XVI, aunado a ese gran legado y tradición, son conscientes de la importancia de la sostenibilidad y que cuanto más cuidemos la tierra, mejor vino se consigue.

El plan sostenible de Bodegas Torres

Con un objetivo claro de reducir en un 60% como mínimo sus emisiones de carbono por botella (desde el viñedo hasta el consumidor) para 2030, así como convertirse en una bodega cero emisiones para 2040, la firma ha intensificado desde 2008 el desarrollo de una serie de proyectos que se aseguran de cumplir el círculo completo bajo el nombre de Torres And Earth.

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Fotografía: Familia Torres

De acuerdo con Miguel Torres Maczassek, Director General de Bodegas Torres, el principal reto es sin duda la adaptación al cambio climático, en el sentido de que es necesario entender el vino de una nueva manera para hacer frente a la problemática ambiental.

Una adaptación que funciona como un rompecabezas en el que las diferentes piezas deben encajar hacia un mismo objetivo. Comenzando con los proveedores, trabajando juntos para que igualmente tengan una huella de carbono menor, hasta estrategias dentro de los viñedos y bodegas, en los que no solo se incorporan energías sustentables y naturales, así como estrategias de captación de agua de lluvia y una viticultura regenerativa para mejorar los suelos, sino también una arquitectura sostenible e inteligente.

“Antes nuestras bodegas estaban en la superficie lo que requería más energía para los procesos de enfriamento del vino, ahora casi son invisibles, casi todas se encuentran bajo suelo lo que da una eficiencia térmica mayor”

Miguel Torres Maczassek

En temas de empaque, Bodegas Torres también está haciendo cambios para adaptarse a las necesidades actuales, comenzando con el uso de botellas más ligeras y cajas cuya elaboración tenga un impacto ambiental mínimo. Así como pruebas en España para la reutilización de las botellas y en algunos países están experimentando con embarcar el vino para ser embotellado en destino. Práctica que podría parecer innovadora, pero en realidad es volver a las formas en las que se distribuía el vino en la antigüedad.

“Mi bisabuelo cuando enviaba vinos antiguamente los enviaba en barricas y luego los embotellaba, método que si usamos ahora puede contribuir a reducir nuestra huella de carbono. A veces hay soluciones que pueden venir del pasado y nos invita volver a las raíces”.

Miguel Torres Maczassek

Sin duda, Bodegas Torres está haciendo un gran trabajo en el tema de sostenibilidad ambiental, compartiendo incluso con otras bodegas y empresas sus estrategias, y con el mismo consumidor. Todas sus etiquetas de brandy y vino incluyen un código QR al que puedes acceder fácilmente para conocer todos sus proyectos en temas de consciencia ambiental.

Recuperando varietales extintas

Otra muestra de la importancia que Bodegas Torres le da a la tierra y a las vides, y que a su vez continúa el legado de excelencia y exclusividad que los distingue, es el proyecto de Variedades Ancestrales que nos compartió de cerca Miguel Torres.

Fotografía: Familia Torres

Un proyecto que comenzó hace 40 años, cuyo objetivo como indica su nombre es el de recuperar todas esas variedades que se creyeron extintas tras la plaga del insecto filoxera proveniente de América a finales del siglo XIX que acabo con casi todos los viñedos europeos.

Bodegas Torres comenzó a colaborar con la propia población para encontrar e identificar cepas de vides que se creían extintas pero sobrevivieron en estado salvaje en los bosques. Tras analizar el ADN de dichas plantas encontraron 64 especies únicas en el mundo que habían existido antes de la gran plaga, las curaron, las volvieron a reproducir y a experimentar para producir vinos.

Relacionado directamente con el cambio climático, Miguel nos comenta que algunas de estas variedades antiguas dan unos vinos excelentes incluso en climas cálidos o con poca agua.

“Nos estamos dando cuenta que quizás los vinos del futuro provienen de variedades que existieron en el pasado”.

Miguel Torres

Bodegas Torres está trabajando actualmente con estas variedades ancestrales para adaptarlas a sus etiquetas existentes y por su puesto producir nuevos vinos, pero igualmente las están compartiendo con otras bodegas para que hagan lo propio.